Miles de católicos han salido a las calles en Manila, en compañía de los líderes religiosos, para protestar contra la línea dura que ha adoptado el Presidente Rodrigo Duterte sobre las drogas y la intención de volver a instaurar la pena de muerte.
Por lo menos 10 mil personas se sumaron a la marcha «Walk for life», con pancartas con mensajes como «Elige la vida», «No a la pena de muerte». Es una de las mayores manifestaciones en contra de Duterte. Se trata de una señal que muestra el aumento del activismo de la Iglesia católica romana en contra de los cambios que ha decidido el gobierno y que han provocado la muerte de miles de personas involucradas en el tráfico de drogas. Los legisladores que apoyan al presidente filipino están presionando para que la pena de muerte vuelva al país asiático el mes que viene.
Amnistía Internacional denunció a principios de febrero que en la guerra contra las drogas en Filipinas se habían cometido “crímenes contra la Humanidad”, pues más de 7 mil supuestos drogadictos y narcotraficantes han muerto en la campaña contra las drogas que lanzó Duterte el mismo día de su investidura, el 30 de junio de 2016.