Un ejército con experiencia en el combate a grupos guerrilleros que acapara la mirada internacional La solicitud llegó formalmente de parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y fue confirmado por el propio comandante del Ejército, Alberto José Mejía, reproduce El Colombiano.
El objetivo es que tropas colombianas participen de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad, ISAF (según siglas en inglés).
“Nos están ofreciendo la participación, también con el mismo escalafón, para hacer un despliegue en Afganistán. Es un tema complicado, pero hay ofrecimiento de misiones tanto de primera línea de combate como de instrucción, entrenamiento y preparación de capacidades de los afganos”, expresó el general.
Entre los argumentos para justificar tal participaron se destaca la experiencia acumulada por el Ejército colombiano luego de más de 50 años de conflictos armados en el país.
No obstante, la decisión de enviar tropas a Afganistán no pertenece al Ejército, sino que tiene que pasar por el Congreso, donde hay diversas posturas tanto a favor y en contra.
Colombia ya participa en misiones de paz en lugares como El Salvador, Guatemala, República Centroafricana, el Líbano y hasta el propio Sinaí a través de diversas categorías que incluyen, por ejemplo, los despliegues individuales.
Al mismo tiempo, hay un pedido directo de parte de las autoridades colombianas, reconoció Mejía, de “desarrollar una capacidad que permita tener hasta 5.000 soldados fuera del país”. En este camino se está y la participación de Colombia en misiones de paz aumentaría.
Pero también surgen algunas voces de advertencia más allá de los políticos, como la del consultor en seguridad y defensa, John Marulanda, quien entiende que sacar tropas de Colombia en un momento donde se necesita un buen pie de fuerza para el posacuerdo podría ser negativo.
No es la primera vez que militares colombianos pisan Afganistán. De hecho, en el año 2008, bajo el mandato del expresidente Álvaro Uribe, tropas colombianas viajaron a ese país para ayudar a España y al resto de las fuerzas de la OTAN en el combate contra los talibanes. Curiosamente, el ahora presidente de Colombia y premio Nobel de la Paz, Juan Manuel Santos, era el ministro de Defensa.
Las promesas de Trump y Afganistán
Al día de hoy Estados Unidos mantiene la presencia militar en Afganistán con más de 8.000 soldados y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, -si bien aún no reveló sus planes con respecto a esto y durante su campaña criticó esta guerra- se ha mostrado proclive a ayudar al gobierno afgano en la lucha contra los terroristas.
Mientras tanto, Naciones Unidas ha expresado recientemente que necesitará más de 500 millones de dólares en ayuda humanitaria para auxiliar a los miles de afganos que se encuentran en situación de vulnerabilidad a raíz de tantos años de guerra.
En 2016, recoge El Mundo, las cifras de desplazados han batido todos los récords con más de de medio millón de personas que han tenido que huir de sus hogares.
Y es en este escenario donde un país latinoamericano como Colombia -país que está cerrando un capítulo sangriento de lucha armada hacia la interna y donde la palabra paz ha sido la más importante de los últimos tiempos- está siendo invitado por la OTAN a desembarcar.