Papa Francisco telefonea a Rufino Varela, argentino víctima de abusos
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Rufino Varela esperaba a su hija en la puerta del colegio cuando sonó el teléfono. Era el Papa Francisco, desde Roma, quien se había enterado por una familiar de Rufino de su situación de víctima de abuso durante su infancia, que hizo pública en diciembre pasado.
Varela denunció públicamente en diciembre pasado, que 40 años atrás tras revelarle a un sacerdote de su colegio que era abusado por un capataz en su casa, éste abusó de él. Fue en el colegio cardenal Newman, que en ese momento era regido por los Christian Brothers. En ese momento, las autoridades del colegio desplazaron al sacerdote, hoy ya fallecido. Durante el diálogo con el Papa, según escribió Varela en su Facebook, el Papa lo escuchó, le pidió perdón en nombre de la Iglesia, hablaron durante minutos de cosas que guardará en su corazón, y según Varela, le devolvió “Fe y Esperanza”.
Varela, desde que en diciembre del año pasado hizo pública su situación, inició una campaña contra el abuso y el maltrato. Según expresa al convocar a la que denomina Cruzada Francisca: “Estoy convencido que la lucha contra el abuso y el maltrato debe llevarse a cabo sin odio ni sed de venganza pero sin descanso, con mucha convicción y sobre todo con paciencia”.
Con ese fin, ha dado entrevistas a distintos medios de comunicación relatando la horrible situación que vivió en 1977, buscando identificar si hubo otras víctimas del mismo cínico y concientizar sobre la necesidad, en todos los ámbitos, de combatir el abuso infantil.
“Con mucha humildad y enorme grandeza, Francisco me pidió perdón en nombre de la Iglesia y me alentó a convertirme en un eslabón fuerte para ayudar a unir una cadena rota. Siento un enorme deseo de ser un eslabón más de una cadena muy fuerte de víctimas de abuso y maltrato y de gente dispuesta a ayudar, sin importar su credo, ideología, profesión, condición social o edad, en la cual podamos respetarnos, escucharnos, entendernos, prevenirnos y sobre todo alentarnos a estar mejor”, expresó Varela en su página de Facebook.
El caso de Rufino, unido a otros recientes conocidos en la opinión pública argentina como el de las víctimas del Instituto Próvolo para niños hipoacústicos de Mendoza, ha vuelto a poner sobre el tapete circunstancias de un nefasto cinismo que las víctimas, con el apoyo de todos, intentan no vuelva a ocurrir.