Jóvenes voluntarios donan su tiempo para devolver la alegría y esperanza a cientos de familias que lo perdieron todo debido a las inundaciones Tuvieron que recolectar de todo un poco. Y es que ellos lo perdieron todo. Es el panorama con el que se encontró Samir Arana Poma, en el kilómetro 51 de la carretera central del distrito de Ricardo Palma, en la provincia de Huarochirí de la región Lima, el paso del deslizamiento de piedras y lodo generado por las lluvias en las quebradas dejó el poblado en escombros.
Las piedras se mantenían al borde de los cerros, en medio de viviendas derruidas. Niños, mujeres y adultos mayores se refugiaban en carpas. Samir de 21 años llegó al lugar en compañía de 50 voluntarios, miembros del equipo de la Comisión de la Caridad y Misericordia del Arzobispado de Lima.
“Partimos todos seminaristas, religiosas, y más de 50 voluntarios para entregar desde 600 raciones de comida, para las familias afectadas, hasta 50 sacos de ropa”. “Más que llevar ayuda material nuestra meta era entregar alegría, esperanza, y amor. En medio del dolor, ¿Se puede llevar alegría?
Forjando un corazón solidario
A los 12 años Samir Arana despertó y encontró todo derruido a su alrededor. El terremoto que azotó la ciudad de Pisco en la región de Ica en 2007, lo despojó de su casa. Pese a los duros momentos que le tocó vivir junto a su familia, el adolescente iba forjando un corazón solidario.
Comenzó así a sentir un amor especial por servir a los demás, desde entonces lleva ayuda a los que más lo necesitan. “Doy mi tiempo por una sola razón: por amor”. “Haced y desapareced que solamente Cristo se luzca”, son las palabras de un santo que han quedado grabadas, no sólo en su mente, sino también en su corazón cuenta Samir durante una entrevista para Aleteia.
“El que tiene amor lo tiene todo, es por eso que lo hago. En esta ocasión un grupo de voluntarios fuimos a inspeccionar el lugar, primero para reconocer la zona y cuáles eran las necesidades. Agua fue lo primero que llevamos”. “Logramos recolectar 50 bidones de agua que fue distribuida en el lugar”, menciona el ahora estudiante de segundo año de teología en el Seminario Mayor San Martín de Porres de la diócesis de Chosica.
Vocación de servicio
El sólo hecho de dar y recibir una sonrisa cambió su vida. Samir logra ver en el rostro de quien sufre, el mismo de Jesús. Su vocación de servicio lo ha aprendido de sus padres, ellos le dieron el ejemplo cuando dejaron de lado sus propias necesidades para atender la de los demás, al haberlo perdido todo luego de aquel terremoto de 2007.
“Decidí entrar al seminario porque noté que había muy pocas vocaciones”, “me enamora la idea de convertirme en el pastor que guie a su rebaño”, confiesa Samir.
Compartieron alegría
Aunque el velo y las mangas largas de su hábito impedían su labor buscaron en todo instante hacer el día alegre para los niños damnificados de estos desastres naturales. Música, juegos y una serie de actividades de sano esparcimiento fue lo que donaron las Siervas del Plan de Dios, religiosas quienes también llegaron para dar amor.
De esta forma logramos entregar la ayuda a más de 50 familias de Montalvo y el Asentamiento Humano Daniel Hipólito. Además, se llevó víveres y ropa para más de 150 familias. La Municipalidad del sector ha identificado 5 lugares afectados donde serán repartidas estas ayudas. El grupo continuará con sus entregas y tiene previsto visitar Ica el próximo 19 de febrero. “Lo importante es que vivimos la caridad y llenemos la vida de estas personas de buenos momentos”.
Fotos: Samir Arana Poma