¿Qué tal si en nombre del papa Francisco se produce una reunión entre el cardenal Baltazar Porras con el Gobierno y la oposición?“El oscuro panorama” del cual se hizo eco la Conferencia Episcopal sobre Venezuela a comienzos de este año 2017, todavía no se ha disipado. Todo lo contrario, cada vez es más visible su avance “como una tenaza que se va cerrando, con sus secuelas opresivas y destructoras”. La realidad toma formas concretas de miseria económica, hambruna, enfermedades en todos los niveles, inseguridad que asesina sin compasión y la violación de los derechos humanos por parte del Gobierno de Nicolás Maduro.
El país como cárcel
Cada día el país parece convertirse en una gran cárcel para los ciudadanos comunes y hasta para los mismos diputados opositores que en teoría gozan de “inmunidad” constitucional. Son retenidos en los terminales aéreos y sus documentos dados por “vencidos”. Son regresados para que no salgan de Venezuela y “no hablen mal afuera”.
El Gobierno argumenta la carencia de materiales para generar los documentos de identidad y pasaportes, sin embargo, crean y promocionan un “Carnet de la Patria” con el que llaman a matricular a los compatriotas. “Una especie de inscripción obligada para militar en el Partido Socialista Unido de Venezuela, PSUV, y de esta manera poder obtener los insumos y enseres básicos”, sostienen desde la disidencia.
Las intrigas del diálogo
Respecto al diálogo entre el Gobierno y sectores de la oposición, de momento, todo es incertidumbre, intrigas y desconfianza. Solo existe el juego de palabras y las acusaciones mutuas entre los líderes de los sectores políticos confrontados. Desde el oficialismo dicen haber sostenido “reuniones secretas con algunos miembros” de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), pero la oposición indica que es falso.
A esto se añade que la MUD se encuentra en un proceso de “reestructuración”, según se anunció este 7 de febrero, y sus dirigentes insisten en que el diálogo, únicamente se daría si el gobierno, primeramente, cumple con los compromisos acordados.
El petitorio es el mismo del cardenal Pietro Parolín: “Implementación urgente de medidas para aliviar la grave crisis de abastecimiento de comida y medicinas”; que “las partes concuerden el calendario electoral que permita a los venezolanos decidir, sin dilaciones, su futuro”; que se restablezca “cuanto antes” el rol constitucional de la Asamblea Nacional y que “se apliquen los instrumentos legales para acelerar el proceso de liberación de los detenidos”, es decir, los “presos políticos”.
¿Cardenal Porras se reunirá con Maduro?
No obstante, las divergencias, hay un elemento común positivo en el que las partes coinciden: la mediación del Papa Francisco y de la Santa Sede. Además, hace días en círculos eclesiales y políticos venezolanos se escucha otra variante positiva: una posible reunión entre el cardenal Baltazar Porras Cardozo, recién nombrado miembro de la Pontificia Comisión para América Latina, con el presidente Nicolás Maduro.
De materializarse esta reunión, significaría el reencuentro, al menos para conversar y buscar puntos comunes en función de solucionar el conflicto, entre un representante de la iglesia romana y en este caso venezolana, con el gobierno socialista.
En los sucesos de abril de 2002, Baltazar Porras jugó un papel importante cuando Hugo Chávez “renunció” y temía por su vida. Según el diario El Nacional: “Aún no se conocen detalles de aquel intenso encuentro velados por la discreción del prelado de Mérida, quien presidía en ese momento la Conferencia Episcopal y quien sirvió como garante de la vida de quien fue por un día un temeroso expresidente”.
De modo que, a dos meses de realizado el último encuentro formal entre el Gobierno y la oposición, aunque el juego parece estar trancado, los insistentes llamados y “movimientos” hechos por el Papa Francisco son motivo de esperanza para que los venezolanos puedan reencontrarse y superar ese “oscuro panorama” social y político.