La muerte de un obispo polifacético y defensor de los más vulnerables de Ecuador Tenía 93 años de edad y su fallecimiento se produjo en la Casa Sacerdotal de la Almería en Cuenca, Ecuador. Desde hace días monseñor Luis Alberto Luna Tobar, el arzobispo emérito de esa localidad, venía padeciendo un importante quebranto de salud y su estado provocó un fuerte seguimiento a nivel social en Ecuador con el pedido de oraciones.
“Luna ha muerto en la misma actitud en la cual vivió: en paz”, expresó a El Comercio de Ecuador Marcos Pérez, actual arzobispo de Cuenca.
Varios medios de comunicación en Ecuador se hicieron eco de su muerte –incluso el presidente Rafael Correa– y muchos de ellos llegaron a definirlo como un referente de la lucha social, además de nombrarlo como “obispo de los pobres”.
Acaba de fallecer Alberto Luna Tobar, referente de la Iglesia de los pobres.
Murió en santidad, como fue su vida.
¡Gracias monseñor!— Rafael Correa (@MashiRafael) February 7, 2017
Es que desde siempre su trabajo del lado de los sectores más vulnerables de la sociedad como campesinos, indígenas y trabajadores le trajeron aparejados elogios, pero al mismo tiempo muchas críticas, a las cuales Luna Tobar sabía responder con elegancia, sobre todo cuando empezaron a llamarlo el “cura rojo”.
“Que yo soy un revolucionario, lo admito… Ser revolucionario es decir la verdad y ponerme del lado del menos escuchado. Sé muy bien lo que es ser comunista, lo que dudo es que quienes me acusaban de serlo sepan lo que es”, expresó en alguna oportunidad Luna Tobar, reproduce El Expreso.
Luna Tobar era polifacético y a lo largo de su vida el compromiso con los más desfavorecidos lo llevó entablar diálogo con diferentes personas, entre ellas referentes de grupos guerrilleros ecuatorianos como el Alfaro Vive Carajo. Juan Cuvi, uno de sus integrantes, destacó el trabajo del sacerdote y señaló a El Expreso que lo recuerda como un hombre tolerante del cual aprendió mucho “ecumenismo” (sic) entendido como capacidad de dialogar con cualquier sector, agrega.
Por otro lado, también se pronunció el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas, Jorge Herrera, quien subrayó la pérdida de monseñor es irreparable y que sus ideas no han perdido vigencia.
Luna Tobar nació en la ciudad de Quito en 1923, siendo el séptimo de 13 hermanos. Se convirtió en el primer ecuatoriano en tomar el hábito en la Orden de los Carmelitas en su país.
En 1977 fue nombrado obispo auxiliar del cardenal Pablo Muños Vega, arzobispo de Quito y entre 1981 y 2000 fue el arzobispo de Cuenca, año en que renunció debido a su edad, por lo cual hasta el día de su muerte permaneció como arzobispo emérito.
Y realmente era un hombre polifacético, incluso columnista de varios medios de comunicación como El Mercurio, El Tiempo y el diario Hoy de Quito, actualmente desaparecido.
La Conferencia Episcopal Ecuatoriana y la Arquidiócesis de Cuenca se hicieron eco del fallecimiento y enviaron el pésame, además de establecer los detalles fúnebres a través de un comunicado.