Serán 45 días de intensas negociaciones, pero el paso más importante ya se dio. Este martes se dio inicio a la fase pública de diálogo entre el gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la segunda facción guerrillera más importante del país luego de las FARC.
Para llegar a esta instancia hubo que sobrepasar varios obstáculos, entre ellos años de conversaciones por lo bajo, así como ceder a condiciones vinculadas a la liberación tanto de personas secuestras por la guerrilla como de guerrilleros encarcelados.
Previo a la instalación de esta mesa de diálogo había sido liberado de parte del ELN tanto el excongresista Odín Sánchez, el soldado Fredy Moreno Mahecha, así como dos guerrilleros tras las rejas a manos del gobierno. Gracias a estos procedimientos la mesa quedaba servida para dar inicio a esta nueva etapa.
El lugar elegido para llevar a cabo el inicio de este diálogo formal fue la hacienda Cachampamba, a unos 25 kilómetros del al norte de la capital ecuatoriana, lugar donde la sobriedad se transformó en una de las principales protagonistas, a diferencia de lo que se tenía previsto realizar, y que posteriormente quedó en suspenso, el pasado 27 de octubre en La Capilla del Hombre con la presencia de destacadas personalidades políticas y sociales.
Así pues, ante la ausencia de presidentes como Rafael Correa (Ecuador) o del propio Juan Manuel Santos (Colombia) quien sí se hizo presente este martes en Quito fue la iglesia católica a través de cinco obispos y dos sacerdotes, encabezados por el arzobispo de Cali, Darío de Jesús Monsalve (en los últimos meses centro de críticas y hasta de amenazas, pero clave en el proceso de paz).
Durante la puesta en marcha de la mesa las partes trabajarán en dos subcomisiones, una que buscará principalmente la participación de la sociedad en el diálogo (varios movimientos sociales se hicieron presentes este martes en Quito) y la otra que buscará construir una ruta de gestos humanitarios que permita disminuir el conflicto y construir confianza.
En ese sentido, el propio Monsalve hizo un fuerte llamado para que la partes avancen hacia el cese bilateral del fuego y de las hostilidades, al tiempo de pedirle al grupo guerrillero que abandone el secuestro como práctica, reproduce El Espectador de Bogotá.
“Vamos esperanzados”
Horas antes de la presentación de la mesa formal de diálogo la Conferencia Episcopal de Colombia difundió un comunicado a través de su sitio web en el que dejó entrever que se vive todo este proceso con esperanza.
“Fue especialmente el ELN quién realizó el pedido para que la Iglesia estuviera en la mesa e hizo una invitación a la Conferencia Episcopal”, destaca el comunicado.
“En momentos, toda negociación tiene tensiones, posiciones radicales, momentos críticos. Yo esperaría que vamos a ser un elemento útil en estos espacios, o para otras cosas, que tengan referencia a cómo ir haciendo avanzar el diálogo”, reflexiona en el comunicado uno de los delegados en la mesa, el obispo de Tibú, Omar Sánchez Cubillos.
“Vamos esperanzados, sabemos que esto es difícil, las mesas de negociación son tensas, son complejas, vamos desafiados, porque queremos ser útiles simplemente y si la complejidad que ofrece esta mesa va a requerir de nuestros buenos oficios, lo haremos con todo agrado, porque se trata de ayudar al país a pasar a la orilla de la paz”, agregó Sánchez Cubillos.
La mesa de negociación comenzó a funcionar, el día uno avanza y la Iglesia, que desde hace años se viene pronunciando sobre los deseos de un acuerdo definitivo jugará en esta instancia un papel fundamental para que la palabra paz pueda seguir sonando fuerte en Colombia.
Hoy celebramos a...