No estoy dispuesta a dejar las redes sociales, pero creo que puedo emplear mejor el tiempo que les dedico¿Has hecho propósitos de renunciar a Facebook por el año nuevo, o para Cuaresma? Yo también lo he pensado, pero al final he comprendido que no quiero cortar con las redes sociales. Aunque a veces sea una ocasión para cotillear (y a menudo es una pérdida de tiempo), sigue siendo un instrumento precioso para una mamá a tiempo completo introvertida como yo. Pero he decidido hacer mi experiencia en Facebook más positiva y sana. Estos son algunos de mis propósitos:
1. Esconde lo que te molesta, aun teniendo cuidado en no acabar sólo contigo mismo. Hay una delgada línea roja que separa el estar abierto a personas con las que no se está de acuerdo, y simplemente exponerse a lo que te hace estar mal. Si cada vez que cierta persona postea algo te vas a irritar, podrías modificar los settings para esconder sus posts. Seguiréis siendo amigos, podrás ver todo lo que te escribe y no sabrá que la has ocultado. Hace un par de meses eché un vistazo a mi lista de amigos y oculté a un montón de gente. No me arrepiento, de hecho. Siempre podré volver a seguir a alguno de ellos en el futuro, si me siento capaz de digerir sus posts.
2. En la misma línea, rodéate de lo que te influencia positivamente. Poner ”like” a demasiadas páginas puede hacerte perder tiempo en tu timeline, pero elegir algunos con cuidado puede ser edificante. Hay muchas buenas páginas católicas en Facebook (¡como Aleteia!) que son un apoyo para los breves momentos de oración y meditación. Es también un buen sitio para entrar en contacto con personas que comparte tus intereses. Soy miembro de un grupo de costura, me permite olvidarme de la política y de todos los problemas del mundo, y al mismo tiempo es una buena manera de animar a los demás y que te animen ellos a ti.
3. No ser esclavo de tu news feed. No es necesario bajar y bajar hasta que hayas leído cada uno de los artículos. No sólo es una pérdida de tiempo, sino que te expones además a un montón de post que de verdad no necesitas saber. Mi propósito para la próxima Cuaresma es el de visitar sólo los perfiles de mis amigos, en lugar de recorrer el muro sin reflexionar. En este modo usaré Facebook para estar en contacto con las personas a las que quiero, más que para aislarme de ellas. Hay varias aplicaciones que me ayudan a hacerlo.
4. Usa Facebook para rezar por alguien. Recientemente pasé un par de días de depresión aguda, y al final junté valor y pedí oraciones en Facebook. La avalancha de respuestas me hizo sentir amada y considerada, y en pocas horas me sentí aliviada por las oraciones de mis amigos. Funciona también al revés: la news feed ofrece varias ideas para rezar por amigos y parientes, así como para extraños, religiosos y líderes políticos. Cuando ves una petición de oración, detente y preséntala en seguida a Dios; un rápido “Dios te bendiga” es mejor que querer rezar un rosario que tan dejas para más adelante que se te olvida.
5. Usa Facebook para los actos de misericordia. Facebook tiene el potencial para ser una comunidad. Para los introvertidos, deprimidos o aislados, puede ser una verdadera ancla de salvación. ¡Aprovéchate! Como decía mi madre, si quieres que tus amigos te escriban cartas, escríbelas tu antes. Toma un minuto para mandar a un amigo una foto o una canción agradable, o para enviar un mensaje a alguien que está atravesando un periodo difícil. Estos pequeños gestos de amistad podrían llegar en el momento justo para alguien que lo necesita. Y, las más de las veces, tus amigos responderán en consecuencia.
6. Espera antes de postear algo. Esto es lo más difícil. Mi propósito es esperar una hora antes de hacer click en “publica” en cualquier comentario que escribo, para asegurarme de que no actúo en base a las emociones, publicando algo de lo que después podría arrepentirme.
Creo que es posible afrontar las tentaciones de Facebook sin echar al niño con el agua sucia. En cualquier caso, al menos quiero probarlo.