¿Dónde lo has encontrado?Dios sale al encuentro del hombre. El encuentro con Él caminando a mi lado es el sentido más profundo de mi vida. Esa es su promesa. Que irá conmigo.
Dios me pide que me mueva, que salga de mí. Y me encuentre con Él en lo humano. Porque Él es más humano que yo tantas veces. A veces me quedo mirando al cielo y Dios está mi lado. Dios sale a mi encuentro cada día.
Dios se encarnó para que pueda encontrarlo. Para que su encuentro me dé fuerzas y le dé sentido a mi vida. La señal del amor de Dios es que puedo correr a encontrarme con Él. Eso me conmueve.
Necesito su encuentro. Sentir su abrazo. Ver su rostro. Caminar a su lado por los caminos. Que me enseñe con sus manos a consolar y sostener. A cuidar y curar. A acariciar. Necesito su abrazo cada día. Tocarlo en mi vida cotidiana y a veces gris.
Dios sale a mi encuentro. Dios hace el camino más largo. Y lo hace primero. Se despoja de todo para tocar mi tierra. Yo también tengo que correr a encontrarme con Él.
Pienso en los momentos en que me he encontrado con Jesús en mi día. Le doy gracias. Miro hacia atrás. ¡Cuántas fotos en las que aparece Dios oculto, encarnado! ¡Cuántos momentos alegres y también difíciles!
¿Dónde lo he encontrado a Él? ¿Cuáles han sido mis momentos de encuentro con Dios?
San Bernardo decía que no sirve de nada seguir a Jesús si no lo alcanzo. ¿Me ha alcanzado Dios? ¿En qué momentos, en qué personas me he encontrado con Él en medio de mi vida? El amor de Dios sale cada día a mi encuentro y me espera.