Homilía en la conclusión de la 50º Semana de Oración por la Unidad de los CristianosEl Papa Francisco explicó que la reconciliación es un regalo de Dios que no llegará sin sacrificio. Unidad que necesita de superar la auto referencialidad y de la humildad que nace de aprender los unos de los otros.
Así, en la tarde del 25 de enero de 2017, el Pontífice presidía la celebración de las II Vísperas de la Solemnidad de la Conversión de San Paolo Apóstol en la conclusión de la 50º Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos bajo el tema: el amor de Cristo nos impulsa hacia la reconciliación (Cfr. 2 Corintios 5: 14-20).
El Papa implícitamente responde a los que se rasgan las vestiduras y acusan el ecumenismo de ir contra la doctrina, la liturgia y la moral cristiana. Aquellos que consideran la búsqueda de la unidad cristiana como producto del ‘relativismo’, de una nueva ‘herejía’ y de una rendición al ‘modernismo’; criticas que viajan por redes sociales y medios de comunicación, incluso católicos.
En el camino del Concilio Vaticano II, Francisco hizo un llamamiento a la “auténtica reconciliación entre los cristianos” que llegará “cuando sepamos reconocer los dones de los demás y seamos capaces, con humildad y docilidad, de aprender unos de otros, sin esperar que sean los demás los que aprendan antes de nosotros”.
La ocasión para esta reflexión fue la celebración del encuentro del apóstol Pablo con Jesús en el camino de Damasco que transformó radicalmente la vida del santo. Él “abandona sus propias fuerzas” y experimenta “el perdón, la confianza y el consuelo” en Cristo.
Los cristianos que confían en el Maestro. Eso significa que “mirar hacia atrás es muy útil y necesario para purificar la memoria, pero detenerse en el pasado, persistiendo en recordar los males padecidos y cometidos, y juzgando sólo con parámetros humanos, puede paralizar e impedir que se viva el presente”.
Morir para vivir en Cristo
Francisco animó desde la Palabra de Dios “a sacar fuerzas de la memoria para recordar lo recibido del Señor”.
Los cristianos que quieren ser concretos están invitados a proyectarse en el ecumenismo de la sangre y de la caridad.
Por eso, el Papa evocó a los cristianos perseguidos: “hermanos y hermanas que, tanto ayer como hoy, están unidos en el sufrimiento por el nombre Jesús”.
“Aprovechemos todas las oportunidades que la Providencia nos ofrece para rezar juntos, anunciar juntos, amar y servir juntos, especialmente a los más pobres y abandonados”, insistió.
Reconciliación que ofrece Cristo
Desde el inicio de la celebración, el Sucesor de Pedro recordó que “la reconciliación a la que somos urgidos no es simplemente una iniciativa nuestra, sino que es ante todo la reconciliación que Dios nos ofrece en Cristo”.
Palabras y obras
Así, expresó que “más que ser un esfuerzo humano de creyentes que buscan superar sus divisiones, es un don gratuito de Dios. Como resultado de este don, la persona perdonada y amada está llamada, a su vez, a anunciar el evangelio de la reconciliación con palabras y obras, a vivir y dar testimonio de una existencia reconciliada”.
Evangelio de la reconciliación
“¿Cómo anunciar el evangelio de la reconciliación después de siglos de divisiones? San Pablo “hace hincapié en que la reconciliación en Cristo no puede darse sin sacrificio”.
“Jesús dio su vida, muriendo por todos. Del mismo modo, los embajadores de la reconciliación están llamados a dar la vida en su nombre, a no vivir para sí mismos, sino para aquel que murió y resucitó por ellos (cf. 2 Co 5,14-15)”.
Perder la vida por amor para ganarla
Se trata de una revolución que vivió Pablo (cf. Lc 9,24). “La revolución cristiana de todos los tiempos: no vivir para nosotros mismos, para nuestros intereses y beneficios personales, sino a imagen de Cristo, por él y según él, con su amor y en su amor”.
“Para la Iglesia, para cada confesión cristiana, es una invitación a no apoyarse en programas, cálculos y ventajas, a no depender de las oportunidades y de las modas del momento, sino a buscar el camino con la mirada siempre puesta en la cruz del Señor”.
Dejar atrás el pasado
Por último añadió el Pontífice: “Dejemos que Aquel que hace nuevas todas las cosas (cf. Ap 21,5) nos conduzca a un futuro nuevo, abierto a la esperanza que no defrauda, a un porvenir en el que las divisiones puedan superarse y los creyentes, renovados en el amor, estén plena y visiblemente unidos”.
Sentido de la oración por la Unidad de los Cristianos
“Nuestra oración por la unidad de los cristianos participa en la oración que Jesús dirigió al Padre antes de la pasión, ‘para que todos sean uno’ (Jn 17,21). No nos cansemos nunca de pedir a Dios este don”, constató.
El Obispo de Roma aseguró que con la “esperanza paciente y confiada” en Dios, llegará bajo su concesión “el bien de la plena comunión visible”. De esta manera, invitó a seguir adelante en el camino de la reconciliación y del diálogo.
Iglesias y comunidades cristianas presentes
En este contexto, Francisco ha saludado a los representantes de las otras Iglesias y comunidades eclesiales presentes en Roma y que participaron en la celebración en la Iglesia en honor al apóstol Pablo.
Estuvieron presentes en la celebración: El Metropolita Gennadios, representante del Patriarcado Ecuménico, David Moxon, representante personal en Roma del Arzobispo de Canterbury, los miembros de la Comisión mixta para el diálogo teológico entre la Iglesia católica y las Iglesias ortodoxas orientales.
Al final de las Vísperas, antes de la bendición apostólica, el cardenal Kurt Koch, Presidente del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos, dirigió al Papa algunas palabras.
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Materiales para la SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS y para el resto del año 2017. Reconciliación. El amor de Cristo nos apremia (cf. 2 Co 5, 14-20)