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CINE CLÁSICO A sangre fría: impactante reflexión contra la pena de muerte

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Carlos Tejeda - publicado el 22/01/17
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Se cumplen 50 años de la adaptación al cine de la novela de Truman CapoteQuizá muchos aún recuerden el excelente film de Bennett Miller, Truman Capote (Capote, 2005) que relataba precisamente los pormenores de la gestación de una de las novelas fundamentales del siglo XX, A sangre fría, cuando el escritor, a quien encarnaba Philip Seymour Hoffman —y papel que le supuso el Oscar—, tras leer en los periódicos la noticia del asesinato de los cuatro miembros de la familia Clutter la noche del 15 de noviembre, inicia su propia investigación.

El escritor viaja, junto con su amiga la escritora Harper Lee —autora de la célebre Matar a un ruiseñor (1960)—, hasta Holcomb, el pequeño pueblecito de Kansas donde tuvieron lugar los hechos, para entrevistarse con los testigos, los conocidos de la familia y los habitantes de la localidad, y meses después con los dos autores del crimen, Dick Hickock y Perry Smith, mientras esperaban ser ejecutados en la prisión de Lansing, sentencia que se cumplió el 14 de abril de 1965.

Un año después del film de Miller, Douglas McGrath recogería esos hechos en Historia de un crimen (Infamous, 2006) con Toby Jones en el papel de Capote y Sandra Bullock como Harper Lee.

Sea como fuere, a la que el propio Capote calificó como la primera “novela de no ficción” se publicó en 1966, inaugurando un nuevo género en el que se combinaba la literatura con el reportaje periodístico. Además supuso la consagración de su autor como escritor poco después de su lanzamiento.

Muy pronto Richard Brooks, quien ya había firmado títulos como La gata sobre el tejado de zinc (Cat on a hot tin roof, 1958) y Dulce pájaro de juventud (Sweet bird of youth, 1962), ambas protagonizados por Paul Newman, inicia su adaptación a la pantalla manteniéndose fiel al espíritu del libro.

Para imprimir una mayor veracidad al relato, el cineasta cuenta con actores desconocidos en aquel momento para los papeles protagonistas: Robert Blake, quien alcanzaría la popularidad en televisión al encarnar al detective Baretta (1975–78), puso rostro a Perry Smith, mientras que Scott Wilson interpretó a Dick Hickock. También forma parte del reparto John Forsythe, en el rol de un oficial de policía, mucho antes de lograr la fama, también en el medio televisivo, por la serie Dinastía (1981–89).

Brooks realiza algunos cambios en la narración con respecto a la novela en el sentido de que los detalles del asesinato de la familia Clutter los muestra al final, quizá como una estrategia para evitar que el execrable acto criminal pueda condicionar al espectador y así explorar con mayor hondura la conflictiva psicología de ambos asesinos. Si bien, muestra en paralelo la huida de los dos criminales con el desarrollo de la investigación policial. Pero la mirada del cineasta se posiciona en un terreno neutral dando lugar a una desasosegadora crónica cuyo realismo en su puesta en escena le imprime un cierto carácter de cine documental.

Una historia enfatizada por la brillante fotografía en blanco y negro de Conrall L. Hall y la banda sonora compuesta por Quincy Jones —ambos estuvieron nominados al Oscar junto con el propio Brooks como director y autor del guión adaptado—.

Cincuenta años después de su estreno, el film sigue manteniéndose como una de las más impactantes reflexiones sobre la pena de muerte, pero también sobre el horror, tanto por el asesinato llevado a cabo por los dos criminales como por su ejecución, ambos a sangre fría.

 

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