Más pequeñas que la palma de una mano, fueron talladas a inicios del siglo XVI
A inicios del siglo XVI, gracias al surgimiento de nuevas clases mercantiles y a un auge del comercio internacional en Europa, fue posible la demanda de piezas religiosas, generalmente devocionales, talladas en madera, que el propietario pudiese llevar consigo fácilmente. Así, el devoto podría decir sus oraciones ante su imagen predilecta, donde quiera que se encontrase, en lugar de tener que ir a un lugar en el que pudiese encontrar una talla más grande, difícil de llevar consigo. Así nacieron estas diminutas piezas de madera, increíblemente ricas en sus motivos e iconografía, hechas durante los años 1500 y 1530 en Flandes u Holanda.

Sólo existen 135 de estas miniaturas, todas ellas hechas en madera de boj. Se supone que la producción se detuvo por causa de la influencia de la Reforma protestante en los Países Bajos, haciendo que muchos de estos objetos devocionales cayesen en desuso. Estos diminutos rosarios, retablos y demás devocionales están hechos de una sola pieza de madera, e incorporan pernos que son más pequeños que una semilla, y que se usan para mantener las piezas juntas entre ellas. Son tan pequeñas que se les han hecho estudios de microtomografía computarizada y demás análisis (incluso microscópicos y radiográficos en 3D) para poder descubrir los secretos de su fabricación. Sin embargo, algunas de las incrustaciones y revestimientos de oro que aún conservan estas tallas hacen imposible que los investigadores puedan descubrir todos los detalles de la hechura de estas piezas invaluables.

Conservadas en distintas colecciones alrededor del mundo (el Rikjsmuseum de Amsterdam y los “Cloisters” de Nueva York, entre otros), de entre estas piezas destaca el llamado “Rosario de Chatsworth”, un rosario de once cuentas que era propiedad del rey Enrique VIII y de una de sus esposas, Caterina de Aragón, hecho entre 1509 y 1526.
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