Del vasco al hebreo, pasando por el farsi
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Es cierto que rastrear los cambios que atraviesa un idioma siglo tras siglo –más aún, milenio tras milenio- es un trabajo que hace las delicias –y los tormentos- de lingüistas, historiadores y filólogos. Comúnmente, dado el hecho de que los procesos de transformación de los idiomas son tan lentos como prácticamente imperceptibles –esto es, en su uso cotidiano- es difícil señalar los puntos de inflexión en los que una lengua hace, por así decirlo, un desvío hacia la derecha o hacia la izquierda.
Por ello (y por otras tantas razones en las que filólogos y lingüistas siguen trabajando, incluida la procedencia de buena parte de las lenguas del mundo de un tronco común indoeuropeo) es difícil señalar qué lengua precede a cuál otra, pero ciertamente se puede apuntar a algunas que, por sus propias trazas, pueden ser consideradas como “más antiguas”. Aquí, basándonos en el artículo publicado por Lani Seelinger en TheCultureTrip, hemos querido compartir cuatro de las lenguas aparentemente más antiguas del mundo.
1.- Hebreo.
El hebreo es, de entrada, un caso particular. Cerca del año 400, dejó de ser una lengua de uso común para convertirse en una lengua litúrgica, como en el caso del latín en el cristianismo.
No fue sino a partir de los siglos XIX y XX, una vez que Eliezer Ben-Yehuda hiciese el trabajo de “modernizar” el hebreo litúrgico-bíblico (aunque el término “modernización” es sin duda problemático, y muy posiblemente el propio Ben-Yehuda estaría en contra de su uso, optando más bien por decir “recopilación”, en un proceso similar al que Andrés Bello haría con su gramática castellana), hasta que la lengua se convertiría en el idioma oficial (junto con el árabe moderno estándar) del estado israelí. El hebreo, una lengua canaanita, habría sido sustituido por el arameo en el siglo III antes de Cristo como lengua vernácula. El hebreo que se habla comúnmente hoy día está basado en el hebreo bíblico y mishnaico.
2.- Farsi.
La lengua hablada hoy comúnmente en Irán, Afganistán, y Tadjikistan, lo mismo que en algunas regiones del norte de India y entre algunas minorías iraquíes, el farsi es el descendiente lingüístico directo del antiguo persa, la lengua del imperio persa. El farsi asumió la forma que aún hoy se habla cerca del siglo VIII después de Cristo, y desde entonces ha cambiado relativamente poco. De hecho, es más fácil para un farsi-parlante leer un texto del año 900 que para un hispanohablante leer el Poema del Mío Cid.
3.- Vasco.
El vasco es uno de los misterios favoritos de los lingüistas e historiadores. Al no estar relacionado con ninguna lengua indoeuropea o romance (incluidos el español y el francés), a pesar de que el País Vasco se encuentra entre España y Francia, algunas teorías incluso indican que el vasco es una lengua procedente de Mali. Lo único claro es que cuando los romanos llegaron al lugar, llevando el latín que luego se convertiría en las lenguas romances, ya los vascos se daban las gracias diciendo “eskerrik asko”.
4.- Gaélico irlandés.
Miembro de la rama celta de idiomas indoeuropeos, el gaélico irlandés es hoy hablado por un número relativamente grande de irlandeses, y era hablado en las islas británicas mucho antes de que las influencias sajonas terminasen de formar lo que hoy conocemos como la lengua inglesa. De hecho, mientras el resto de Europa escribía en latín, en Irlanda se escribía en gaélico, lo que permitió que hoy día los textos en lengua vernácula más antiguos de toda Europa occidental sean, precisamente, textos irlandeses escritos en esta lengua.