El estreno de Vaina (Moana), no por esperado y seguramente exitoso, logra hacer olvidar al aficionado los años dorados de los estudios hacia donde, por cierto, se dirige la mirada de la última y esperada versión de La Bella y la BestiaVaina es España, Moana en el resto del mundo, es la última película de los estudios Disney, lo que siempre es un acontecimiento, o lo era. Repasamos a con cinco claves que han sido, de un modo u otro, decisivas a la hora de que Disney haya mutado y haya dejado de ser lo que fue.
- Jeffrey Katzenberg
Jeffrey Katzenberg fue responsable de la división de animación de Disney entre 1984 y 1994. A él le debemos que los estudios pasaran de Taron y al caldero mágico (1985) a La sirenita (1989). De hecho, abandonó los estudios cuando se estaba empezando a cocer Pocahontas (1995) para muchos, el principio del fin de su reinado y también fue el que fichó a Pixar para que todas sus películas llevaran la marca de Mickey Mouse. Abandonó Disney en 1994 con un escandaloso litigió detrás que le costó a los estudios 250 millones de dólares. Poco después Katzenberg fundaría junto con Steven Spielberg y David Geffen, Dreamworks.
- Alan Menken
Compuso de manera casi consecutiva las bandas sonoras de La sirenita, La Bella y la Bestia (1991), Aladdin (1992), Pocahontas (1995), El jorobado de NotreDamme (1996) y Hércules (1997) razón por la cual se convirtió en el compositor de música de cine con más premios Oscar, ocho estatuillas. Menken venía del mundo del musical y fue, en buena medida, el encargado de confeccionar las películas Disney en las que trabajó como verdaderos musicales. De hecho, la nueva versión de acción real de La Bella y la Bestia ha recuperado la música de Menken.
- Los cuentos clásicos
La sirenita está basada en un relato de Hans Christian Andersen, La Bella y la Bestia en una historia original de Jeanne-Marie Leprince de Beaumont, Aladdin está basada en uno de los cuentos que conforman el célebre libro medieval Las mil y una noches, El rey león (1994) estaba inspirada en Hamlet, aunque el nombre de Shakespeare no aparezca por ningún sitio y El jorobado de Notre Damme en una historia de Victor Hugo, por no extendernos mucho más. Ese apego a los relatos clásicos funcionaba muy bien.
4. Obsesión por los guiones
La sirenita contó con seis escritores aunque solo hubiera dos acreditados, La Bella y la Bestia necesitó a once guionistas, obviamente no todos aparecían en los créditos. Aladdin, 20 escritores, en El rey león, 29 guionistas, Pocahontas, 27 y El jorobado de Notre Damme, 24. Además de los escritores acreditados Disney se preocupaba mucho porque hubiera quien supervisara, reescribieran escenas concretas o se ocuparan únicamente de los diálogos de los personajes.
- La animación tradicional
A estas alturas creo que estará bastante claro que el problema nunca fue la animación tradicional frente a las películas hechas por ordenador. Disney, tras una serie de consecutivos fracasos tiró la toalla con Zafarrancho en el rancho (2004), un intento frustrado por volver a los orígenes, por cierto, con música de Alan Menken. Más tarde, con la llegada de John Lasseter (el creador de Pixar) a Disney el cineasta puso en marcha de nuevo una cinta de animación, Tiana y el sapo (2009), otro malogrado intento por volver a la época dorada de Disney.