Excéntrico, con una vida bañada en el desenfreno… escribiría una de las más bellas canciones a la Virgen MaríaSilvio Fernández Melgarejo es un cantante, artista español, que los expertos han calificado como máximo exponente del llamado rock sevillano. Se trata de un mito del mundo del rock, extremadamente popular en su ciudad y cuya vida ha cosechado multitud de leyendas urbanas y anécdotas disparatadas.
No es una vida ejemplar, más bien al contrario. Su vida esta regada de borracheras y momentos de desenfreno, de extrencicidades y antitestimonios. Como, por ejemplo, cuando con un amigo sacó dinero de un cajero, se fue al aeropuerto de Málaga y salió en el primer avión con destino europeo. Sin salir de los aeropuertos continuó su periplo, sin parar de beber hasta terminar su dinero.
Silvio fue un personaje incalificable, excéntrico, polémico, subversivo e incontrolable. Su apoderado y compañero de rock y aventuras Pive Amador lo demuestra con una anécdota de cuando iban cantando de mitin en mitin en plena transición española: “Si tocábamos en uno de los comunistas, empezaba levantando el brazo y diciendo ¡viva la Falange de las JONS! Y si el mitin era de AP, le dedicaba la primera canción a Santiago Carrillo… La gente se hartaba de reír, porque todos entendían el juego”.
Fruto de esta vida plagada de alcohol, tabaco y excesos moriría en 2001 (a los 56 años) debido al deterioro múltiple de su organismo. Silvio Fernández Melgarejo ya se había convertido en un mito del rock, muy querido por todos los rockeros y artistas de la época: Santiago Auserón, Raymundo Amador o Joaquín Sabina entre otros.
Rezaré
De toda su prolífica obra en el mundo del rock hay una canción que rápidamente se hizo conocida. Es una canción curiosa y chocante con su figura, con su vida, con su trayectoria vital. Aparentemente…
Porque Silvio era un gran devoto de la Semana Santa Sevillana, y le encantaba la devoción popular mariana. Silvio era así… inexplicable. Esta canción es “Rezaré”. Se trata de una versión de la famosa canción “Stand By Me”, de Ben E. King. En ella reza a la Virgen junto a diversas imágenes marianas de la Semana Santa.
De esta canción han salido muchísimas versiones. Bellísimos tributos:
Y entre ellos homenajes e interpretaciones, como la que del rockero Enrique Burnbury:
Una canción rockera convertida en Marcha de Semana Santa
Aquel momento era una época de experimentación musical. De ahí saldría este himno rockero mariano. Fue una canción con la que, según explica Pive Amador, se quiso hacer algo original: “Empezamos a darle vueltas a qué queríamos para la cara B del disco que tenía que ser un single mariano y decidimos que si en la cara A habíamos utilizado música de Semana Santa y la habíamos convertido en PoP (Swing), podíamos hacer lo contrario y coger el Stand By Me (canción americana) y convertirla en Marcha de Semana Santa”.
La sorpresa de esta canción fue para todos, incluso para el entonces arzobispo de Sevilla, el cardenal Carlos Amigo Vallejo, que explica lo que sintió al escucharla por primera vez: “La primera impresión fue de sorpresa cuando arranca la orquesta con una canción conocida desde otro ámbitos y en esto…una letra tan cercana a la religiosidad de Sevilla. Esa sorpresa se fue convirtiendo en una melodía agradable. La persona que cantaba lo hacía con tanto sentimiento, con un deseo…rezaré, rezaré, rezaré… Aquello a mí me impresionó”.
Silvio Fernández Melgarejo, estandarte de una vida excéntrica. Referente de todo tipo de rockeros, que dejaría como gran legado un himno mariano en acordes de Rock. Un himno que aún hoy muchos rockeros siguen tocando y recordando.