No sólo su sonrisa la hace bella, sino más bien su capacidad de servicio. Giuliana Zevallos Roncagliolo, médica cirujana, dedica su vida a salvar a otros. Eso es lo que refleja su rostro. Su bella sonrisa dejó de dibujarse cuando en la sala de emergencias del Centro Médico Naval una beba no podía abrir sus ojos, recuerda la joven peruana, quien se ha convertido en la ganadora del Señora Mundo 2016 en Corea del Sur.
En bata blanca, con pelo largo, buzo y zapatillas, esta mujer asiste a diario a los pacientes con obesidad mórbida en la Unidad Metabólica del hospital Naval en Lima. Giuliana, de 29 años, realiza una labor similar a la de los más de 64.000 doctores que existen en el país, pero con una diferencia: su corona.
“La conocimos como médico, no como miss”, confiesa Carlos Elias, nutricionista y entrenador físico, con quien comparte a diario su labor. Los rostros de sorpresa e incredulidad los lleva consigo grabados en su mente. Y es que algunos encuentran incompatibles su labor médica con su reinado.
Doctora con corona
Con sus cuatro meses de gestación, Giuliana masajeaba el corazón de una mujer con obesidad mórbida y gripe AH1N1 en el hospital María Auxiliadora del distrito de San Juan de Miraflores cuando era una estudiante en 2014.
La doctora de 1.80 metros de estatura y 62 kilos decidió estudiar medicina al ver cómo el cáncer dañaba a su abuela y una trombosis venosa profunda le quitaba la vida a su hermano.
“Mi vocación me ha dado la oportunidad de servir”, confiesa para el diario peruano La República.
Durante su internado en el Hospital Naval recibía a los marinos de más de 90 kilos, pacientes con obesidad mórbida. Ahora se siente preparada para reunirse con el presidente del Perú, Pedro Pablo Kuczynski y promover, ya como “señora mundo”, continuas campañas de salud.
Durante estos años de servicio ha visitado las zonas del Perú donde la salud no llega. La obesidad se ha incrementado en las últimas tres décadas en los niños y adolescentes entre 3% a 19% en el país.
Médico en competencia
En Corea del Sur, durante el certamen, no faltaron las urgencias médicas. La miss Vietnam sufrió una descompensación antes de salir del escenario. En el tour en Seúl, la miss América padeció de vértigo. En todo momento estaba Giuliana para asistirlas. La peruana era la única doctora entre las 36 señoras participantes.
La egresada de medicina de la Universidad Científica del Sur, agradece a su madre quien a los 13 años la inscribió en un curso de modelaje. Los desfiles al final le sirvieron para pagar su costosa carrera. La integrante de una familia de seis hermanos, aprendió a servir a los demás de su padre, un militar coronel retirado del ejército quien luchó contra el terrorismo.
En su reinado de un año, no deja la posibilidad de seguir una especialización médica. Giuliana asegura que ahora con éste título busca masificar y difundir la medicina preventiva además de una alimentación saludable en la población peruana.
Sentarse a conversar sobre prevención de enfermedades con el Presidente de la República es su próxima meta. Si antes logró alcanzar sus sueños (su vocación) qué le impide hacerlo ahora.
Reina y doctora al servicio
De un momento a otro todos los pacientes le escriben al whatsapp, comentándole cual fue su desayuno, almuerzo y comida. “La doctora miss”, así la llaman; su equipo de trabajo, sus pacientes, la gente. Ellos han descubierto que la mujer de blanco, que vela por su salud, es una reina de belleza.
En la Unidad Metabólica trabaja con todas las miradas encima. Es la segunda peruana con este galardón luego de la reconocida Lucila Boggiano en 1989, cuando Giuliana tenía sólo dos años.
“Cómo médico general quizás no hubiera tenido la misma cobertura que tengo ahora”, sonríe, al darse cuenta como en la puerta del consultorio 10 marinos observan atentos sus movimientos.
Ahora comparte sus tardes con su pequeño de dos años, no descuida su labor de madre. Además, mientras trabaja en el hospital, cumple con el Servicio Rural y Urbano Marginal de Salud (Serums) cada seis días al mes, debe visitar la estación de enfermería naval de Paita, en Piura. Allí atiende enfermedades menos complejas. Esta es una labor que realiza ad honoren.
Hoy celebramos a...