La superficie original, en la Iglesia del Santo Sepulcro, ha sido expuesta por primera vez en siglos. Los trabajos de restauración del Santo Sepulcro que ha llevado adelante el grupo científico griego a cargo dirigido por Antonia Maropoulou han evitado que el que la tradición considera fue el sepulcro que albergó durante tres días el cuerpo de Cristo haya quedado convertido en poco más que una “montaña de arena”.
En declaraciones ofrecidas a EFE y recogidas por el ABC de España, Maropoulou, profesora de la Universidad Politécnica Nacional de Atenas, explicó que “los resultados han sido muy buenos y estamos en la fase de instalar las juntas de titanio —traído desde Grecia y utilizado también en la Acrópolis— para reajustar las piedras de la cueva y fijarlas al templete que lo protege”. Para el mes de febrero está proyectado retirar las vigas de metal que fueron instaladas en 1947 durante los años del protectorado Británico, y que hasta ahora han sostenido el edículo.
El revestimiento de mármol que cubre la tumba desde al menos el siglo XVI fue removido por el equipo restaurador, revelando una cantidad impresionante de material “de relleno”. Una vez removido, la roca original sobre la que la tradición asegura que reposó el cuerpo de Cristo durante los tres días previos a la Resurrección podrá ser observada y analizada en detalle, para restaurarla y evitar su total desintegración.