La escultura, expuesta en el Museo Nacional de Arte Antiguo de Lisboa, perdió las alas y las plumas del casco Quizá lo más temido en un museo en estos días sea un turista con un teléfono móvil o una cámara fotográfica. La víctima esta vez ha sido una escultura representando al Arcángel San Miguel, del siglo XVIII, que reposaba en el tercer piso del Museo Nacional de Arte Antiguo de Lisboa, según informa el ABC de España.
En esta ocasión, el visitante caminaba de espaldas alejándose de otra pieza que quería fotografiar con su teléfono móvil, cuando tropezó con la talla, derribándola involuntariamente. Tras el impacto, la imagen perdió sus alas y las plumas que adornaban el casco sobre la cabeza del Arcángel.
El incidente, ocurrido el pasado 6 de noviembre, fue publicado en la página de Facebook del museo, donde además se informó que un equipo de restauración y conservación publicará un informe técnico encargado de evaluar los daños sufridos por la pieza, y cómo se deberá intervenir en ella para restaurarla.
La obra, de 195 centímetros de alto, fue hecha en Lisboa entre los años 1765 y 1790 en madera de enebro, dorada y policromada, con ojos de cristal.