¡No ligar las trompas eclesiales. Dejen que la Iglesia Madre tenga hijos!, el diálogo del Pontífice con los jesuitas publicado en Civiltà CattolicaEl Papa Francisco considera que actualmente faltan hombres y mujeres que sean grandes políticos “capaces de jugársela en serio por sus ideas y no teman ni al diálogo ni a la lucha, pero siguiendo adelante con inteligencia”.
Hoy se necesita “mantener la audacia profética de no tener miedo”, instó el Papa a los delegados de las diversas provincias jesuitas del mundo reunidos en su 36 ª congregación general, días después de la elección del nuevo superior de la Compañía de Jesús, Arturo Sosa. La Civiltà Cattolica ha publicado las palabras del papa Francisco registradas el pasado 24 de octubre.
La política, la “gran política” es un “trabajo artesanal para construir la unidad de los pueblos y la unidad de un pueblo en todas las diversidades que coexisten en su interior”, dijo.
Lamentó también que cuando se acaban los periodos constitucionales del mandato, en seguida se busca reformar la Constitución para quedarse aún, como fruto de la corrupción.
El Pontífice igualmente habló a los detractores de su pontificado sobre su magisterio. La moral usada en Amoris laetitia es la del gran San Tomás, no la de la “escolástica decadente” profesada por algunos teólogos, afirmó.
Sucesivamente, definió Evangelii gaudium como “un marco” de su pontificado en el que hay que “seguir trabajando” y Laudato Si como una encíclica social, no “una encíclica verde”.
Respecto al próximo sínodo de los obispos, sobre los jóvenes, el Pontífice habló de la formación de los sacerdotes, que será un tema importante del próximo evento que reunirá a los llamados padres sinodales.
El Papa insistió en la “carencia” del discernimiento en los seminarios y se expresó contra la tentación de la “rigidez” que “hoy en una cierta cantidad de seminarios está volviendo a instalarse”.
La crisis de vocaciones, el Papa la relacionó con el clericalismo. Francisco sostiene que estas, en cambio existen: “no promover vocaciones locales es una ligadura de las trompas eclesiales, es no dejar que esa madre tenga hijos suyos”.
También reiteró el concepto de una Iglesia pobre para los pobres y se refirió a la pobreza “madre” y “muro”, enseñada por san Ignacio, fundador de los jesuitas.
“La pobreza es la madre y la pared. La pobreza engendra, es una madre, genera vida espiritual, una vida de santidad, la vida apostólica. Y es la pared, defiende. ¿Cuántos desastres eclesiales comenzaron por la falta de pobreza?”, insistió.
Un importante punto se refirió a la defensa de las culturas indígenas, en el pasado víctimas de un “centralismo romano” que ha bloqueado pioneros de la evangelización, dijo.
El texto completo está disponible en español en la página de la Civiltá Cattolica: www.laciviltacattolica.it