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Vaticano: ¿un país, una ciudad, un estado o un distrito de Roma?

Holy Mass for the Beginning of the Pontificate of Pope Leo XIV, in St Peter's square in The Vatican on May 18, 2025.
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Henry Vargas Holguín - publicado el 17/11/16 - actualizado el 23/06/25
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Declarado Patrimonio de la Humanidad, el Vaticano es un caso muy peculiar y único en la geopolítica mundial. Descúbrelo con esta breve explicación

¿El Vaticano es un país dentro de una ciudad? ¿una ciudad, dentro un país? ¿o un país dentro de otro país? Curiosamente la respuesta a estas preguntas es positiva. Sí, el Vaticano es esto y mucho más.

Incluso es también patrimonio de la humanidad, declarado por la UNESCO en el año 1984. El Vaticano es algo peculiar y único dentro de la geografía geopolítica mundial.

Sin embargo, el Vaticano no es una nación, pues una nación es un conjunto de personas de un mismo origen étnico que comparten ciertos vínculos (históricos, sociales y culturales, entre otros). Tampoco es un distrito de Roma, pues no tiene ninguna relación con la capital italiana.

¿Entonces qué es el Vaticano?

El término Vaticano es un término genérico que, en el lenguaje corriente, se refiere a tres cosas:

1País

El Vaticano, en sentido estricto, es un país porque un país es un territorio con características geográficas y culturales propias; y es una entidad políticamente independiente.

Su nombre oficial es Ciudad del Vaticano y cuenta con su propia administración, fronteras, idioma oficial y policía.

Por ello, a pesar de ser el más pequeño del mundo, es un país como cualquier otro; por tanto, puede ser considerado como un país extranjero para los italianos.

2Estado

La ciudad del Vaticano ha sido elevada al rango de Estado, cuyo nombre oficial es ‘Estado de la Ciudad del Vaticano’. Sí, el Vaticano es un Estado -y como tal- es una comunidad social con una organización política común, con órganos de gobierno propios y con un territorio; es un Estado, independiente y soberano, en todo sentido, de los otros Estados.

Surgió jurídicamente con la firma del tratado de Letrán, entre la Santa Sede y el entonces Reino de Italia, en el año 1929. Con el tratado de Letrán se quiso restaurar la autonomía política del Papa que había ejercido a través de los siglos como soberano de los Estados Pontificios. Estos pactos resolvieron el problema de la autoridad temporal que había perdido el Papa, asegurándole la soberanía sobre el Vaticano y algunas otras propiedades dentro y fuera de Roma.

Este mini Estado, tiene como jefe de Estado al Papa, por lo que puede considerarse que el Vaticano es una de las pocas teocracias del mundo.

El Estado de la Ciudad del Vaticano se instituyó como una realidad jurídico-política; una realidad a la que se le garantiza su absoluta y visible independencia de la Sede Apostólica y del ejercicio de la misión espiritual de ésta en el mundo. Este Estado tiene sus injerencias en la Ciudad del Vaticano en temas como: matrículas vehiculares, pasaporte, bandera, himno, ejército, leyes, correo postal, moneda, etc.

3sede del papa

La ciudad del Vaticano es la sede, valga la redundancia, de la Santa Sede o la Sede apostólica. Hay que distinguir ambas realidades como elementos diferentes: una cosa es la Ciudad del Vaticano; y otra muy diferente es la Santa Sede.

Y la expresión Santa Sede no solo se refiere al Papa, sino también -por extensión- a aquellos que le ayudan en el gobierno de la Iglesia (Canon, 361). El Vaticano es la residencia del Papa. La Ciudad del Vaticano es la estructura que da el soporte temporal y soberano (sustrato territorial) a la acción de la Santa Sede.

En consecuencia, la Ciudad del Vaticano es la sede del gobierno central de la Iglesia y del Estado de la Ciudad del Vaticano. En este sentido, la Santa Sede tiene plena y exclusiva soberanía sobre la Ciudad del Vaticano al ser ésta de su propiedad.

Además, la Santa Sede, al tener personalidad jurídica propia de un Estado (como sujeto de Derecho Internacional), mantiene relaciones diplomáticas con los Estados del mundo. En sentido estricto, es la Santa Sede -y no el Estado de la Ciudad del Vaticano- la que mantiene relaciones diplomáticas con los demás Estados del mundo.

Los embajadores de los Estados son acreditados oficialmente, no por el Estado de la Ciudad del Vaticano, sino por la Santa Sede; a su vez, los representantes del Papa -ante los Estados y las organizaciones internacionales- (llamados nuncios apostólicos) son reconocidos como representantes de la Santa Sede y no del Estado de la Ciudad del Vaticano.

Incluso la Santa Sede actúa de manera independiente del Estado de la Ciudad del Vaticano; como tal, la Santa Sede participa tanto en las relaciones internacionales bilaterales como multilaterales. Y la Santa Sede está reconocida por la ONU, en calidad de Estado observador. La Santa Sede es una de las entidades que tienen la especial posición de Estado Observador permanente No-Miembro de la ONU.

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