- Anda, besa a tus hijos, abrázalos, dales afecto y ternura —no dinero—, disfruta y juega
con ellos mientras sean pequeños. Mañana se irán de casa. - Anda, atiende, cuida y acaricia a tus padres, a las personas mayores que amas. Mañana ya no estarán contigo. Es ley de vida.
- Anda, pon los cinco sentidos y toda tu alma en este instante que estás viviendo y haz vivir plenamente a todos los que tengas a tu lado… Mañana quizá ya no esté en tus manos poder hacerlo.
- Anda, dile a tu marido, a tu mujer, que le amas... que es la persona más importante de
tu vida. Date cuenta de lo que eres y tienes hoy. Mañana quizá ya sea tarde. - Anda, hazle feliz hoy que puedes… mañana quizá sea demasiado tarde. Ya no estaréis ni
uno ni otro. - Anda, repite a tus seres queridos aquellas palabras amables o haz el generoso gesto que quizá esperan desde hace tiempo.
- Anda, dales hoy lo mejor de ti mismo: tu presencia, tu atención, tu tiempo, tu persona. No sabes si otro día podrás hacerlo.
- Anda, haz lo que haces. Hazlo tan bien como sabes y puedas… y deja el mañana en las manos de Dios.
- Anda, no malgastes tu vida, ni tus valores humanos y cristianos… Haz que fructifiquen hoy, porque no sabes si mañana será tarde.
- Anda, lleva a cabo una buena obra hoy mismo. Empieza dando cosas y acabarás dándote a ti mismo. Es el mejor camino. El mañana que deseas y sueñas, quizá no llegue jamás. Si has cumplido los puntos de este decálogo, estate contento. Recuerda a tu ser querido y ofrécele sufragios, para que goce de la vida plena y eterna del cielo, donde un día te reunirás con él o ella
Artículo originalmente publicado por Catalunya Cristiana
Hoy celebramos a...