¿Los deberes en casa tienen los días contados?

Ecuador fue el país de América Latina que recientemente pateó el tablero en cuanto a los deberes en casa, siendo uno de los primeros países del mundo que toma cartas en el asunto. A través de una medida gubernamental, establecida por el Ministerio de Educación, se decidió empezar a limitar el tiempo que los chicos dedican a las tareas en sus hogares. Según el grado de instrucción, este tiempo irá subiendo.

Por ejemplo, quienes cursan ciclos básicos (o sea los más chicos) tendrán entre 30 y 40 minutos para los deberes, a excepción de los de primer año, que no las tendrán. Esto irá in crescendo a medida que los niveles sean mayores y oscilará entre los 60 y 80 minutos. 

“Se tiene que respetar el tiempo libre de los estudiantes evitando el envío de tareas los fines de semana y feriados, hay que promover otro tipo de dinámicas de integración familiar, no podemos incluso como padres o cabezas de familia pretender que a través de las tareas se llene un número determinado de horas, de tal manera que nos eximamos de la responsabilidad de formación que tenemos también en nuestros hogares”, expresó el ministro de Educación de Ecuador, Augusto Espinosa.

Pero el debate no es exclusivo de Ecuador (país que tomó esta resolución en base a las recomendaciones de la Unesco), porque en otros países del mundo también, desde hace años, suele ser un tema candente entre diversos especialistas, así como familiares.

En Chile también hay movimientos acera de las tareas en casa y podría generar un golpe de efecto aún mayor. El Senado votó un proyecto de ley que pretende eliminar las tareas escolares

“Las tareas escolares no están al servicio del aprendizaje o bienestar del estudiante, sino que están al servicio del colegio, de obtener mejor rendimiento que otra escuela”, expuso como argumento uno de los impulsores del proyecto, el legislador del Partido por la Democracia de Chile (PPD) Jaime Quintana, confirmó La Tercera.

“Chile tiene la mayor cantidad de niños con trastornos mentales y colon irritable, los cuales son directamente asociados al agobio y la sobreexigencia que provoca la jornada escolar completa en los estudiantes”, agregó.

Por su parte, quienes se oponen al proyecto indican que las tareas permiten un espacio de interacción entre padres e hijos y exigen libertad para que las instituciones educativas, y no una ley, establezcan las cargas horarias.

La próxima semana, el Senado de Chile tratará en forma particular el proyecto y el debate seguirá encendido.

A nivel mundial, en base a cifras difundidas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE), el promedio semanal de tareas en casa es de 4.9 horas.

En Ecuador era de 11.2 (ahora se adecua un poco más) y en otros del continente como Brasil, México, Estados Unidos y Uruguay oscilan entre las 5 y las 7 horas.

En el medio, y bajo fuego cruzado, están los verdaderos protagonistas, los niños y jóvenes. Los deberes en casa limitan a este segmento de la población para que pueda realizar otras actividades tanto o más importantes que van desde la recreación hasta el descanso adecuado antes de una nueva jornada lectiva.

“No hemos encontrado pruebas de que los deberes les ayuden a tener mejor rendimiento escolar”, expresó el doctor Harris Cooper, profesor de la Universidad de Duke, tal cual deja entrever el siguiente video con frases de su autoría.

Desde hace años Cooper, especialista en el campo de la educación, viene denunciando estos aspectos y se ha convertido en uno de los críticos más férreos de los deberes en casa.

Para Cooper no hay mejor lugar que el aula para que los más pequeños asimilen los conocimientos y obtengan mejores calificaciones.

Cooper defiende que los pequeños compartan más tiempo con sus familias y amigos, por ende, que tengan “más vida de niños”.

Hasta la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que el estrés de las tareas escolares tiene como consecuencia dolores de cabeza y abdominales, además de causar nervios y tristeza

En España, por ejemplo, la sociedad está partida en dos. La mitad de los ciudadanos considera que las tareas diarias son positivas y la otra mitad no. Un estudio sociológico de Metroscopia muestra que el 61% eso sí, piensa que hay demasiados deberes. También la OMS ha estudiado el tema y ha detectado que el 34% de los niños y un 25% de las niñas de 11 años se sienten presionados por los deberes.

La política también ha empezado a entrar en el debate. Los Parlamentos autonómicos comienzan a aprobar recomendaciones en las que piden reflexión y diálogo entre los centros y las familias.

En Ecuador, país donde el tema pasó del debate a la acción, los que están en contra argumentan, entre otras cosas, que la resolución no se apega a la realidad educativa del país y limita el criterio del profesor ya que hay tareas que sirven para reforzar los conceptos aprendidos en el aula en su casa.

En ese sentido, la psicóloga Diana Burbano, en diálogo con El Comercio de Ecuador, aseguró que cuando las tareas son excesivas, el problema aqueja tanto a padres como a hijos.

Los estudiantes empiezan a rechazar las actividades educativas cuando no tienen tiempo libre. Según esta especialista, este tema puede generar dificultades familiares cuando se alteran las rutinas preestablecidas.

Pero la psicóloga también alertó que la falta de tareas en el hogar no debería ser una excusa para que los padres les den a sus hijos más horas frente al televisor, sino que se pueden buscar actividades alternativas como el deporte y la cultura, entre otras.

La implementación de la resolución en Ecuador entrará en vigor de forma paulatina y por regiones entre este año y 2018. Pero hace las veces de un puntapié inicial para empezar a genera más debate sobre un tema universal.

La tendencia, al menos, es a empezar a eliminarlas paulatinamente. ¿Los deberes en casa tienen los días contados?