Los giros de guion solo buscan sorprender a un espectador que ya no se sorprende de nada, y la inverosimilitud de algunas situaciones llega a ser irritanteRon Howard vuelve a la tercera entrega de películas de la saga de Dan Brown. Si El Código Da Vinci fue polémica por su trasnochada visión de la Iglesia, Ángeles y Demonios fue bastante despreciada por público y crítica, ahora adapta la cuarta novela protagonizada por el Dr. Robert Langdon, el famoso profesor de simbología, que siempre ha interpretado Tom Hanks.
En esta ocasión los enigmas se encuentran en La divina comedia de Dante, más concretamente en la representación que hizo Boticelli de los círculos del infierno, tal como los describía el poeta florentino. Pero el verdadero problema que está detrás es que el científico visionario Bertrand Zobrist (Ben Foster) ha llegado a la conclusión de que la superpoblación del planeta va a ser la causa de la destrucción de la humanidad, y que por ello conviene evitar la catástrofe difundiendo un virus letal que acabe con la mitad de los seres humanos.
Una correcta interpretación de la pintura de Boticelli puede llevar a Langdom a descubrir dónde se encuentra escondido ese preparado mortal. Para ello contará con la ayuda de la doctora Sienna Brooks (Felicity Jones).
La película se mueve en los mismos esquemas que las anteriores. Un despliegue de efectismos gratuitos y unos trucos de guión francamente tramposos. A partir de un angustioso comienzo, toda la primera parte es un festival de visiones que padece Langdom, que lo único que pretenden es llevar gratuitamente al espectador por un camino fantasioso que poco o nada tiene que ver con la realidad de la trama. Por otra parte, los giros de guion solo buscan sorprender a un espectador que ya no se sorprende de nada, y la inverosimilitud de algunas situaciones llega a ser irritante.
Afortunadamente, las imágenes de Venecia y Florencia nos ofrecen un recorrido turístico bello, y la presencia de Tom Hanks y de Felicity Jones hacen digerible lo indigerible. Ciertamente, quien sólo busque cine de acción y persecuciones, pasará un buen rato aligerado con palomitas, pero no encontrará una película memorable y mucho menos original. Sin embargo, es evidente que Inferno sólo busca una cosa que probablemente conseguirá: engrosar la cuenta corriente de Sony Pictures.