La reflexión y la oración también se dan la mano con el deporte “Pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas, volarán como las águilas, correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán (Isaías 40, 31)”.
Es ingresar y toparse con esta cita bíblica en letras blancas y fondo azul. El lugar es pequeño, pero acogedor. Y aunque parezca extraño, no lo es. El Barcelona FC, San Lorenzo de Almagro de Argentina (equipo del Papa Francisco), los mexicanos Chivas y América son algunos clubes deportivos que tienen un espacio de oración dentro de sus estadios.
Ahora un nuevo club se suma a este grupo selecto. Se trata de Cartaginés, un conocido equipo de la Primera División de Costa Rica con sede en la ciudad de Cartago (uno de los más antiguos del país) que se convirtió en el primer club de Centroamérica en tener una capilla dentro de su estadio denominado “Fello” Meza.
“Capilla Club Sport Cartaginés” es lo que ahora puede leer cualquiera de los aficionados que se acerquen al lugar.
¿Por qué una capilla dentro de un estadio?
El propio presidente de la institución, Luis Fernando Vargas, expresó a los medios que se trata de un hecho que “marca la historia del equipo y sirve de espacio de oración, para la reflexión y para estar tranquilo y en paz”.
“Es muy importante para nosotros los cartagineses que somos la mayoría católicos, respetamos también a las otras religiones. Significa mucho tener una capilla donde puede uno pasar uno antes de un partido o todos los días a encomendarse al Señor”, manifestó Dany Fonseca, uno de los jugadores del club.
La nueva capilla contó con la bendición de José Francisco Ulloa, obispo diocesano de Cartago.
“Sin Dios la vida pierde sentido, también para los jugadores. Dios tiene que estar presente para responder a los aficionados”
La capilla está habilitada para todo público y tanto jugadores como cuerpo técnico, así como funcionarios e hinchas podrán tener su momento de oración.
El Cartaginés no es un equipo de primera línea a nivel mundial. Suele ser protagonista en el torneo local y su año más glorioso fue 1994 cuando obtuvo la Copa de Campeones de la Concacaf, siendo su mayor logro deportivo a nivel internacional.
Pero al menos, este equipo se suma al selecto grupo de clubes que dan testimonio de que la oración y la reflexión también se pueden dar de la mano con el deporte, aspecto sobre el cual el Papa Francisco ha insistido tantas veces.