El fiscal Diego López Ávila que tiene a su cargo la investigación de la causa por la aparición sin vida de Juan Viroche en su parroquia, comunicó el mismo día del hallazgo que las pericias realizadas sobre el cuerpo del párroco de Nuestra Señora del Valle, en La Florida, daban a entender que se trató de un suicidio.
Sin embargo, son pocos en La Florida los que creen esta versión. Y el mismo fiscal deja abierta la posibilidad de que haya sido un suicidio inducido. ¿Por qué?
- El sacerdote denunciaba abiertamente que estaba amenazado por las mafias del narcotráfico. Cabe considerar tras la insistencia de sus denuncias, y su inminente traslado por protección a otra parroquia, que las amenazas se podrían haber cumplido, sobre todo cuando no había ningún tipo de tendencia suicida manifiesta en el sacerdote.
- Aunque no hay consenso en la bibliografía sobre el porcentaje de suicidas que deja notas aclaratorias, el hecho de que no haya dejado ni un mínimo mensaje indicando su voluntad de quitarse la vida, tampoco convence a los que más de cerca seguía la labor del padre Viroche.
- La velocidad con la que mediáticamente se cerró el camino a otras hipótesis de investigación fue contundente. El mismo día del hallazgo, a las pocas horas, el fiscal ya contaba con un estudio forense que cerraba las puertas a una muerte provocada por terceros. En el caso del fallecimiento del fiscal Alberto Nisman, en enero de 2015, casi dos años después, ni siquiera hoy hay consenso. Y los resultados toxicológicos, por ejemplo, recién estuvieron un mes después.
- Casi de manera inmediata, comenzaron a llegar a periodistas rumores que afectaban la reputación del padre Juan, y daban a entender un motivo amoroso detrás del supuesto suicidio. Aun atendiendo a la posibilidad de elementos de verdad en los rumores, ¿en qué medida esto explicaría un suicidio o contribuiría a la investigación?
- El fiscal general de Tucumán Gustavo Gómez, quien tiene una visión más global de las distintas causas vinculadas al narcotráfico en la provincia, cree que es prematuro concluir que la muerte haya sido un suicidio e insiste, por ejemplo, en que ni siquiera se trazó una pericia psicológica para observar si el cura tenía perfil suicida.
- Los feligreses, los que vivían día a día con el padre Viroche, los que colmaron el templo en la Misa de exequias y reclaman a vivo grito en redes sociales que se investigue más, conocían al cura, su vida y sus temores, y no creen en la hipótesis del suicidio. Muchos se acercan a hablar con los periodistas que los visitan desde Buenos Aires, y con temor.
Con el tiempo se sabrá, aunque quizá no, cómo ocurrió la muerte del padre Juan Viroche. Pero esa indagación ya abrió un camino a nuevas investigaciones, como anunció el fiscal López Ávila, sobre las denuncias del padre Viroche y cómo el narcotráfico se hace el poder allí donde el Estado no puede ejercer la ley.
Se lo merece la memoria de Viroche, el pueblo que pastoreaba, y los cientos de curas argentinos que día a día denuncian los males de la droga. Algunos de ellos lloraban desconsoladamente tras la Misa de Exequias, con impotencia. Su llanto no puede ser respondido en pocas horas; sus lágrimas merecen una investigación profunda.
El Papa sigue “con dolor” esta muerte
“El papa Francisco me dijo que sigue con dolor lo que le pasó a Juan (Viroche) y me aseguró que reza por él y por todo el pueblo tucumano¨, confirmó a La Gaceta de Tucumán el obispo de Añatuya (cuya diócesis es de la región donde aconteció la muerte), monseñor José Melitón Chávez.
Las palabras de Francisco le fueron confiadas en privado durante un encuentro en el Vaticano.
Hoy celebramos a...