Las torres de la catedral de la capital de Baviera pueden ser vistas desde toda la ciudadSi Múnich es el corazón de “la católica Baviera”, el corazón de Múnich podría ser el Dom zu Unserer Lieben Frau, llamada informalmente “la Frauenkirche”, en plena Frauenplatz, a escasas cuadras de la también emblemática Marienplatz, la Plaza de la Virgen María, justo frente al Nuevo Ayuntamiento (Neues Rathaus) y a unas pocas cuadras de la Hofbräuhaus, la tradicional cervecería fundada por Guillermo V, duque de Baviera, en 1589.
Sus torres, de 99 metros de alto cada una, pueden ser vistas desde cualquier punto de la ciudad, gracias a una ordenanza municipal que prohíbe la construcción de edificios de más de 100 metros de alto.
El detalle interesante de estas torres, sin embargo, no es su altura (a pesar de que desde la torre sur incluso pueden verse los Alpes) sino, más bien, las cúpulas que las coronan.
Originalmente, las torres debían terminar en agujas, como el diseño gótico tardío de la edificación lo exige. La idea era que esta catedral recordase a la de Colonia, pero la falta de dinero impidió que la construcción terminase como estaba planeada.
Si bien todo el edificio tardó sólo 20 años en ser levantado –algo inusual cuando pensamos en lo que usualmente se demora la construcción de una catedral-, las torres sólo se concluyeron ya entrado el Renacimiento, lo cual explica por qué en lugar de agujas se construyeron dos cúpulas, que parecen cambiar radicalmente el estilo ojival del edificio.
Sin embargo, precisamente por su particularidad, se han convertido en un signo inequívoco de la ciudad.