Entrevista al especialista número uno en asuntos de pastoral hispana en Estados Unidos Hosffman Ospino, colombiano de origen, es profesor de teología pastoral y catequesis en la Escuela de Teología y Ministerio de Boston College. Su investigación se concentra en la conversación entre teología y cultura, y el impacto de este intercambio sobre la educación teológica, la catequesis y la acción pastoral.
Ha publicado varios libros sobre diversidad cultural y sobre el ministerio hispano en el siglo XXI. Sirvió como el investigador principal del primer Estudio nacional de parroquias católicas con ministerio hispano (conducido entre 2011 y 2014), cuyo reporte fue publicado como El ministerio hispano en parroquias católicas (Our Sunday Visitor, 2015). También trabajó en la Encuesta nacional de escuelas católicas sirviendo a familias hispanas, y es un miembro del comité directivo de la Academia de Teólogos Católicos Hispanos de Estados Unidos.
En la primera parte de esta entrevista, el especialista número uno en asuntos de pastoral hispana en Estados Unidos habla sobre el presente y el futuro de la Iglesia católica en este país y la presencia del rostro hispano en su nueva configuración
Doctor Ospino, ¿cuál es el camino que ha recorrido en el último medio siglo como para indicar –como la hace usted en sus trabajos de investigación– que la Iglesia católica en Estados Unidos está cambiando hacia un rostro hispano?
Lo primero que hay que tener en cuenta es que la Iglesia católica en Estados Unidos ha sido, siempre, una Iglesia sostenida por la comunidad migrante. Primero fue la migración de Europa Occidental, que se detiene hacia mediados del siglo pasado. Y a partir de 1960 viene “la segunda ola”, con millones de personas de origen latino. A partir de entonces más de 20 millones de latinos llegan y se instalan en el sur y el oeste del país, principalmente. Entonces, lo que buscan es ser servidos, espiritual y pastoralmente, por su Iglesia.
Vemos así que en poco más de 50 años, la Iglesia católica en este país pasa de ser 90 por ciento angloeuropea, anglosajona, a ser 43 por ciento hispana, 5 por ciento asiática, cerca del 4 por ciento afroamericana y de inmigrantes de África y de El Caribe y aproximadamente uno por ciento de indígenas norteamericanos. La población blanca católica pasó a ser una minoría. Nos hemos convertido en una Iglesia de minorías en Estados Unidos.
¿Ha cambiado el modelo de asimilación que funcionó antes en Estados Unidos?
Estamos aprendiendo un nuevo modelo, un modelo en el cual podamos convivir diferentes culturas. Aprendiendo a ver la diversidad y la diferencia dentro de la Iglesia más como riqueza que como dificultad; más como una oportunidad de afirmar la propia identidad que como un problema.
¿Hay aceptación por la parte blanca de este modelo de Iglesia multicultural?
Desde luego que hay una parte que se resiste. Un ingrediente de racismo, de prejuicio, de clasismo existe en ella, todavía. En muchas parroquias no le permiten vivir al latino como si perteneciera a la misma Iglesia y pareciera que le estuvieran “prestando” los templos, las escuelas… Pero por otro lado hay movimientos entre las clases más educadas, entre los que tienen niveles universitarios, jóvenes, hay movimientos muy fuertes que piensan con realismo que esta es la Iglesia católica del presente y del futuro y que necesitan aceptarla.
¿Y qué opción ha pesado más?
No lo sé. Pero sí sé que en medio de esas tensiones se han cerrado poco más de 7 mil parroquias e igual número de colegios católicos (unos 7 mil) los hemos perdido en las últimas décadas. Muchos jóvenes blancos han emprendido el “white flight” (“vuelo blanco”), el abandono de la fe y se han ido a otra parte, o a ninguna parte. Cerca de 20 millones de católicos angloamericanos han dejado de ser católicos en estas últimas décadas.
¿Cuáles son las razones de este “vuelo blanco”?
Son muchas razones. Muchos de ellos se hicieron “nos”, es decir que no se fueron a otra religión, sino a ninguna religión. Y muchos otros se desanimaron de la Iglesia católica sobre todo por el aumento de la población latina entre sus fieles, lo que los hace pensar “esta ya no es mi Iglesia”.
¿Y los latinos? ¿Hay cifras de cuántos han abandonado la Iglesia católica en Estados Unidos?
Sí: alrededor de 14 millones lo han hecho (han abandonado la Iglesia católica).
Pero, ¿no es una catástrofe que 34 millones de personas en Estados Unidos, anglos y latinos, hayan abandonado la Iglesia católica? En cualquier circunstancia y bajo cualquier punto de vista, esto es un cataclismo ¿no lo ve usted así?
Claro que lo es, y la Iglesia en este país necesita toda una nueva experiencia de evangelización y de credibilidad. La invitación del Papa Francisco es ésa: que tenemos un mensaje relevante para la sociedad actual. El gran reto con que nos encontramos en la Iglesia católica en Estados Unidos es que mucha gente quiere regresar, pero las estructuras de la Iglesia católica no ofrecen mucho. ¿Regresar a qué?, se preguntan. Y es que el número de sacerdotes es muy limitado, muchos de ellos son mayores, ya no tienen la energía…
¿Cuál es el mensaje principal de esta gente que quiere regresar? ¿Qué ha oído usted en su largo peregrinar por congresos, conferencias, ministerios y organizaciones católicas en Estados Unidos?
Que quieren un mayor acompañamiento de sus líderes.
¿Cuál cree usted que sería el cambio radical que debe sufrir la Iglesia católica en Estados Unidos, después de todo la cuarta Iglesia más populosa del planeta?
Que necesitamos una Iglesia con una conversión pastoral integral. Hacer un análisis de lo que está funcionando y lo que no (y cambiarlo). Pero para eso se requiere humildad, que no es una de las características principales de la sociedad estadounidense. Necesitamos una Iglesia más enfocada al acompañamiento espiritual y pastoral que una Iglesia metida en política, o tratando de preservar un pasado que ya no va a volver.
¿Ha oído usted esta pregunta: qué le añaden los latinos a la Iglesia en Estados Unidos?
Es una pregunta que no tiene mucho sentido. Porque pareciera que el latino acaba de llegar. Y no es así. La pregunta es cómo las estructuras de la Iglesia pueden servir mejor a la presencia latina que ya existe aquí. Y por otro lado, cómo podemos empoderar a la comunidad latina para que sea protagonista de la nueva evangelización.
Finalmente, ¿se trataría no de asimilar sino de integrar a una población que, poco a poco, se convierte en la mayoría dentro de la Iglesia en Estados Unidos?
Absolutamente. En la actualidad, 43 por ciento de la población católica de Estados Unidos es latina (o hispana) y 60 por ciento de los católicos menores de 18 años son hispanos. Al paso que vamos, a más tardar en 2035, el 50 por ciento de la Iglesia católica en Estados Unidos será hispana. Ya en este momento podemos hablar incluso de una Iglesia autóctonamente latina estadounidense: 64 por ciento de los latinos nacieron en Estados Unidos.