El Salvador es uno de los principales expulsores de menores de edad hacia Estados Unidos por efecto, entre las principales causas, de la presencia brutal de pandillas o maras que obligan a los adolescentes, a los niños, a unirse a ellas o los eliminan.
¿Obligan u obligaban? Quizá lo segundo, pues las medidas extraordinarias de seguridad que ha llevado a cabo el gobierno salvadoreño en contra de las pandillas, al parecer han dado resultados, según el portavoz gubernamental Eugenio Chicas.
“Es notorio que estas estructuras criminales de pandillas están perdiendo fuerza a nivel nacional, incluso, hay lugares en el que dejaron de existir o tienen una presencia intermitente”, dijo Chicas en una entrevista con el canal estatal de televisión el pasado 4 de octubre.
Dichas medidas incluyen el despliegue de un comando elite rural de 1,000 efectivos para perseguir columnas armadas de pandilleros y el recrudecimiento del régimen carcelario en contra de los pandilleros.
Las medidas fueron lanzadas por el gobierno salvadoreño en respuesta a una escalada de los asesinatos registrada a inicios del 2016 y a una masacre de once personas al noroeste de la capital, San Salvador.
Ya no vuelven a dejar su “marca”
Según Chicas, la desaparición de pandillas ha quedado en evidencia durante las campañas para borrar pintadas con las que las “maras” identifican las zonas que controlan, porque las mismas no volvieron a pintar sus “marcas”.
“Hay zonas donde se borraron los grafitis, nuevamente hemos visto grafiti y esto da señales de donde hay persistencia de estos grupos y se da la respuesta apropiada con los cuerpos de seguridad”, acotó el portavoz gubernamental.
Según fuentes policiacas, en lo que va de 2016 han muerto cerca de 400 pandilleros en encuentros con la policía, así como ha aumentado enormemente el número de arrestos o, incluso, la migración de las maras a otros lugares de Centroamérica o camino al norte del continente.
El número actual de pandilleros en El Salvador es desconocido, aunque fuentes castrenses han reconocido que en 2015 había 60,000 pandilleros que han convertido al pequeño país centroamericano en uno de los sitios más peligrosos del mundo.
Entre enero y septiembre de 2016, El Salvador acumuló 4,181 asesinatos (unos 15 diarios), con lo que se convierte en el segundo año más violento de la historia reciente salvadoreña, solo superado por el 2015.
Con información de La Prensa Gráfica
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