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Benedictinos en el desierto: una vida de oración en Nuevo México

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Daniel Esparza - publicado el 27/09/16
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Al norte de Santa Fe, una comunidad benedictina vive en pleno desierto desde 1964.

Un monje, cuyo nombre permanece desconocido, alguna vez escribió que la vida religiosa monástica es una intercesión permanente ante Dios en nombre de  quienes sufren, ya sea por la pobreza, el hambre, la discapacidad, la enfermedad, la soledad, las enfermedades mentales, y con demasiada frecuencia, la pérdida de la esperanza. El mismo monje desconocido, además, también escribió que es la tarea particular, específica, del monje que va al desierto, el llevar a Dios todos los que no conocen le conocen, a quienes se han apartado de la verdad y el amor.

Es lo que los monjes del Monasterio de Cristo en el Desierto han tomado, precisamente, como su misión personal.

El Monasterio de Cristo en el desierto se encuentra en Abiquiu, Nuevo México en Estados Unidos, a unos cien kilómetros al norte de Santa Fe. Fundado en 1964 por el P. Elredo Pared, de la Orden de San Benito, acompañado por un grupo de monjes del monasterio de Mount Saviour, en el estado de Nueva York . En 1983, el Monasterio de Cristo en el Desierto pasó a formar parte de la Provincia Inglesa de la Congregación de Subiaco como un Priorato Conventual, y finalmente en 1996 se convirtió en una abadía autónoma.

El Monasterio de Cristo en el desierto se encuentra en Abiquiu, Nuevo México en Estados Unidos, a unos cien kilómetros al norte de Santa Fe.

El Monasterio de Cristo en el desierto se encuentra en Abiquiu, Nuevo México en Estados Unidos, a unos cien kilómetros al norte de Santa Fe.

Pero desde sus inicios, mucho antes de ser autónomo, el monasterio (como toda comunidad benedictina), ha procurado vivir su cotidianidad en estricto apego a la la Regla de San Benito, sin apostolados externos, pero manteniendo una hospedería para retiros privados (esto es, sin ofrecer retiros dirigidos), donde hombres y mujeres pueden compartir el rezo del oficio divino y la celebración de la Misa en la iglesia de la abadía con los monjes. Además de mantener la casa de huéspedes , los monjes se dedican al trabajo manual (procurando así que la abadía se autoabastezca y autogestione) y al mantenimiento y las operaciones del monasterio, de la comunidad, y de sus huéspedes. Una tienda de regalos también proporciona parte de los ingresos del monasterio, que incluye una tienda en línea de libros y artículos religiosos y artísticos de calidad.

El principal arquitecto del monasterio original, incluidas la iglesia, el cenobio, las celdas de los monjes y la hospedería fue George Nakashima, el famoso ebanista y diseñador estadounidense de origen japonés.

El principal arquitecto del monasterio original, incluidas la iglesia, el cenobio, las celdas de los monjes y la hospedería fue George Nakashima, el famoso ebanista y diseñador estadounidense de origen japonés.

El Monasterio de Cristo en el Desierto, como el nombre evidencia suficientemente, se encuentra en desierto del Cañón del Chama, un paraje de extraordinaria belleza en el noroeste de Nuevo México, a mitad de camino (prácticamente) entre Santa Fe y Chama, y se accede al monasterio tras recorrer trece millas por un camino de tierra y grava, por fuera de la Ruta 84. A lo largo del camino se aprecian hermosas formaciones naturales (acantilados, montañas cubiertas de árboles y el río Chama, dado que el camino que conduce al monasterio pasa a través del medio del valle). El monasterio, huelga decir, está rodeado por millas de desierto protegidas por el gobierno, asegurando de esta manera y la promoción de la soledad y la tranquilidad de la vida monástica cenobítica. Precisamente por ello, por estar en medio del desierto, la  energía para la electricidad y el bombeo del agua en el monasterio es solar. El monasterio está fuertemente comprometido con la gestión sostenible y ecológica en la resolución de sus necesidades operativas cotidianas.

Un monje, cuyo nombre permanece desconocido, alguna vez escribió que la vida religiosa monástica es una intercesión permanente ante Dios en nombre de  quienes sufren, ya sea por la pobreza, el hambre, la discapacidad, la enfermedad, la soledad, las enfermedades mentales, y con demasiada frecuencia, la pérdida de la esperanza.

Un monje, cuyo nombre permanece desconocido, alguna vez escribió que la vida religiosa monástica es una intercesión permanente ante Dios en nombre de quienes sufren, ya sea por la pobreza, el hambre, la discapacidad, la enfermedad, la soledad, las enfermedades mentales, y con demasiada frecuencia, la pérdida de la esperanza.

El principal arquitecto del monasterio original, incluidas la iglesia, el cenobio, las celdas de los monjes y la hospedería fue George Nakashima, el famoso ebanista y diseñador estadounidense de origen japonés.  Para saber más del monasterio, pautar retiros o simplemente admirar la belleza de la arquitectura, la vida monástica y la naturaleza circundante, puede visitar la página web del monasterio.

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