Juan Manuel Cotelo (La última cima, Tierra de María) estrena su nuevo largometraje documental, en esta ocasión relativo a un grupo de jóvenes americanos, que junto a un sacerdote español, deciden hacer el Camino de Santiago.
Este proyecto no estaba en la agenda de la productora Infinito+1. Pero un día recibieron un correo electrónico desde Arizona que decía más o menos lo que sigue: “Me llamo Sergio. Soy un sacerdote de Cuenca. Dentro de un mes viajo a España para peregrinar a Santiago con unos chicos de mi parroquia. Me gustaría hacer una película que retrate la experiencia espiritual del Camino. He hablado con un par de productoras que me piden un millón de dólares y un año de preproducción. ¿Tiene sentido que hable con vosotros?”
Esto era en mayo de 2014. En junio de ese año, un mes después, Cotelo estaba rodando la película. ¿Con qué dinero? Con el que pusieron cuatrocientos feligreses de la parroquia de Arizona de los chicos.
Cotelo declara que lo que le indujo y sedujo para decir que sí fue la pureza de intenciones del sacerdote. Este sólo buscaba retratar el camino espiritual de unos jóvenes que han llegado a un momento de su vida en el que se preguntan qué quiere Dios de ellos. Y de paso quería reproponer el verdadero sentido del Camino de Santiago, tan difuminado últimamente. Dicho en otras palabras: solo buscaba evangelizar.
La película entrelaza lo que es el camino, con sus paisajes, dificultades, imprevistos y escalas,… con el retrato individual de cada peregrino, su historia, sus motivaciones, sus problemas. El estilo narrativo es muy americano, y quizá por ello muy universal, y se crean atmósferas de cierta épica y logrado dramatismo.
Por otra parte, a lo largo del desarrollo, se van tratando ciertos temas de la vida y de la fe, a propósito de las distintas situaciones que surgen. No falta el humor, que oxigena otros momentos más dramáticos. La fotografía es espléndida, con unos magníficos planos rodados desde parapente. Un film que puede hacer gran bien entre el público adolescente y joven.
Hoy celebramos a...