“¡Que Jesús se complazca en escuchar todas las ofrendas que estoy haciendo por ti!”
Nombra tu petición para esta novena al Padre de Pietrelcina y luego considera la siguiente reflexión de san Pío:
Que Jesús sea siempre el rey soberano de vuestro corazón, que os asista siempre con su gracia vigilante, que haga crecer continuamente en vuestra alma su divino amor, que os transforme completamente en sí mismo, que os haga santos…
¡Que Jesús se complazca en escuchar todas las ofrendas que estoy haciendo por ti!
¡Que Jesús os cuide siempre con mirada benévola, sea siempre y en todo vuestra escolta, sustentador y guía, y os haga siempre dignos de su amor!
Palabras que iluminan