Cuando el matrimonio pasa por un mal momento, hay ciertas señales que pueden alertar a la pareja de que algo no anda bienUn matrimonio, como el cuerpo humano, puede sufrir enfermedades. Por eso, conviene aplicar en la vida matrimonial, dos consejos fundamentales de la medicina: la prevención y la curación.
El hecho de identificar oportunamente una dificultad y proponerse a superarla, por más grave que sea, puede cambiar el rumbo de la crisis, incluso se puede convertir en una experiencia que brindará mayor solidez al matrimonio.
El autor Francisco Gras -colaborador de LaFamilia.info-, describe 17 banderas rojas que todo matrimonio debería corregir para evitar el divorcio.
1. Administración. Cuando hay una mala administración de los ingresos y los gastos familiares, sin presupuesto ni control, que originen un endeudamiento o derroche excesivo para la familia.
2. Amistades. Cuando se fomentan malsanas amistades del otros sexo, incumpliendo el compromiso de fidelidad voluntariamente aceptado al casarse.
3. Cambios. Cuando piensan y dicen que, es el otro el que debe cambiar.
4. Comunicación. Falta de comunicación entre ellos, para comentar los posibles problemas, y estar al corriente de las actividades de cada uno y de la vida que les rodea.
5. Dejadez. Cuando empieza una continua dejadez física y mental, engordando desmesuradamente, descuidando la imagen, el arreglo personal, la ropa, el orden de la casa, o lo demás que curre a su alrededor.
6. Dinero. Cuando tienen economías separadas, ocultas, sin informar de los gastos e ingresos personales y viviendo un ritmo de vida económica, superior a las que debería llevar como familia.
7. Gastos. Excesivo gastos en atenciones personales en el vestir, embellecerse, alternar con amigos, compra de caprichos, juegos, etc.
8. Hijos. Obsesión por tener hijos cuando médicamente han demostrado el grave riesgo, debido a la edad, situación física o de salud. Achancando a la otra persona, su mala voluntad o imposibilidad de tener hijos.
9. Impedimentos. Cuando se impide a la otra persona o a la pareja, que fomente su crecimiento personal en materia religiosa, profesional o social.
10. Maltratos. Cuando se maltrata o abusa con palabras, hechos, emociones o físicamente, a la pareja o familia, para dominarla y subyugarla.
11. Matrimonios interraciales, interculturales o intersociales. Cuando no existe un deseo de acoplarse uno al otro, dejando a un lado las costumbres que no sumen al matrimonio.
12. Noviazgo. No cumplir con los objetivos y promesas que pactaron en el noviazgo.
13. Obsesiones. Cuando existe una obsesión por llegar a posiciones económicas o sociales inalcanzables, y continuamente se le achaca a la otra persona que, por su culpa, no llegan a alcanzarlas.
14. Tiempo. Cuando el marido o la esposa, pasan mucho tiempo fuera de la casa, alejados de sus obligaciones familiares, dedicándose a otras actividades no prioritarias como: asistir a reuniones religiosas, salir frecuentemente con amigos, practicar deportes que le lleven mucho tiempo, visitas a la familia abandonando la propia, etc.
15. Última alternativa. Se casaron únicamente por egoísmo mutuo o individual, por deseos de compañía o por egoísmo personal. El amor mutuo y la entrega incondicional, quedaron en segundo lugar.
16. Vida en común. Cuando alguno de los dos, o los dos, hacen su propia vida independiente, sin importarle la vida que realiza su pareja. Solamente regresan a la casa, para comer, dormir y poco más.
17. Yo, primero. Cuando el “Yo” es superior al “Tú” o al “Nosotros” y las acciones que toman los esposos están presididas por el que “Yo soy” antes que nada. “Primero yo”, es egoísmo puro y egocentrismo, incompatible con el “Tú”, que es amor, entrega y sacrificio.
Colaboración especial de Francisco Gras (Escuela para padres – micumbre.com) para LaFamilia.info