El fuego consumió la mayoría de la estructura de una iglesia que forma parte del patrimonio nacional peruano
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Perdieron parte del templo, pero su fe sigue intacta. Aún en medio del dolor, miles de fieles abarrotaron el atrio del templo San Sebastián, ubicado en la ciudad del Cusco en Perú. Y es que los pobladores batiendo flores blancas en señal de unidad no dejaron de participar en la acostumbrada misa dominical, tras el feroz incendio que terminó por devorar el 80 % de sus estructuras, la madrugada del viernes 16 de setiembre.
“Corrimos, llevamos agua del río Cachimayo en baldes, quisimos salvar nuestro templo. Es el lugar al que acudimos todos los días. Teníamos que hacer algo, comentó Edelmira Concha, pobladora del distrito cusqueño”. “Logramos rescatar algunas imágenes”, sostuvo a la prensa peruana. “No había agua suficiente para apagar el siniestro, los bomberos se veían impedidos de hacerlo”.
La efigie de San Sebastián fue rescatada en hombros por un grupo de temerarios devotos, mientras que las llamas alcanzaban el altar repujado en pan de oro, uno de los más bellos de todo el continente americano, de estilo barroco que data del siglo XVII. ¿Qué hizo que estos varones y mujeres arriesgarán su vida por estas obras de arte?
Fuego no consumió la fe del pueblo
Familias que contrajeron matrimonio, jóvenes que se confirmaron y niños que se bautizaron al interior de esta casa de Dios intentaron salvar el patrimonio histórico que en él se albergaba. Sin embargo, las llamas consumieron en su totalidad el retablo y el altar mayor de cedro y pan de oro. Se perdió el 80% del presbiterio y el 60% de la nave central.
El fuego que fue sofocado luego de nueve horas, enlutó por una semana al pueblo del santo mártir, quien salvaba a los cristianos de morir en manos de los militares romanos.
Poco o nada pudieron hacer los lugareños ante las lavas de fuego que acabaron con las columnas corintias, con hermosos detalles apreciadas en todo el mundo del arte ocasionadas por este siniestro que se presume fue originado por un corto circuito, así lo aseguró un Víctor Vidal, funcionario del sector de cultura del país.
“Apenas el humo empezó a surgir. Los fieles raudamente socorrieron el templo”, agradecido comentó el párroco Genaro Huamán, lamentamos mucho la pérdida de la pequeña imagen de San Sebastián que llegó al cusco en 1560 y data del silgo XVII, precisó que la fe del pueblo hizo que incluso arriesguen sus vidas.
Escuela cusqueña fue devorada por el fuego
En la ciudad se ha promovido una cadena de oración por la restauración del templo, monumento arquitectónico del barroco colonial, considerado Patrimonio histórico de la nación.
“Este populoso distrito ha sufrido la pérdida no sólo del patrimonio material sino más bien del inmaterial, que se refleja en el alma de la religiosidad del pueblo de San Sebastián, que ha quedado afectada”, precisó monseñor Israel Condorhuaman Estrada, Vicario judicial del Arzobispado del Cusco.
“Lo que nos duela aún más es la pérdida del sagrario donde se guardaba el cuerpo de Jesús”, esto vale más que miles de templos. “Hemos pedido a las congregaciones y fieles mucha oración”, finalizó.
Además de todo lo consumido por el fuego, dos lienzos pertenecientes a la escuela cuzqueña, realizados por el pintor indígena Diego Quispe Tito, y seis dípticos de la vida de San Juan Bautista, fueron desaparecidos por el fuego.
Las autoridades pertinentes han iniciado las investigaciones para determinar si el incendio fue un accidente o hubo responsabilidad de terceros. Entre tanto, el ministro de Cultura Jorge Nieto anunció la creación de un fondo de emergencia para ejecutar obras de recuperación que permitan la conservación de este emblemático templo.