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Papa Francisco recuerda que Dios también está en los pasillos de las embajadas

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Radio Vaticano - publicado el 17/09/16
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Homilía hoy en Casa Santa MartaSalir de uno mismo para anunciar el Evangelio en cada rincón del mundo. Es la exhortación que el Papa Francisco ha dirigido a los nuncios apostólicos que esta mañana han participado en la Misa matutina en Casa Santa Marta, con ocasión del Jubileo. El Pontífice les agradeció su disponibilidad a empezar de nuevo sus tareas en un país distinto con alegría y entusiasmo.

Francisco tomó ocasión de la parábola del Sembrador para hablar de cómo los nuncios apostólicos siembran la Buena Noticia en todos los lugares del mundo. El Papa reconoció que muchas veces la vida de los nuncios es una “vida de gitanos” por sus continuos traslados.

“Cuando uno se aprende el idioma, una llamada de Roma y … ‘Ah, hola, ¿como estás?’ – ‘Bien …’ – ‘Sabes, el Santo Padre, que te quiere tanto … ha pensado …’ – porque estas llamadas telefónicas se hacen con azúcar, ¿no? – ‘… ha pensado en ti para esto …’. Y hacer las maletas, e ir a otro sitio, dejar amigos, dejar costumbres, dejar muchas cosas que uno ha hecho … Salir de uno mismo, salir de ese lugar para ir a otro. Y allí, volver a empezar’.

“Cuando se llega a un nuevo país – prosiguió Francisco – el nuncio debe realizar otra ‘salida’: “salir de sí mismo para conocer, el diálogo, para estudiar la cultura, la manera de pensar”.

Sembrar la Palabra de Dios sin dejarse llevar por la mundanalidad

También, dijo bromeando, “salir de sí mismo para ir a las recepciones, tantas veces aburridas”, pero también “allí se siembra”, “la semilla siempre es buena, el grano es bueno”. Alguno, observó, puede pensar que es un trabajo “demasiado funcional, un trabajo administrativo incluso” que podrían hacer los laicos.

“El otro día, hablando de este tema, oí al Secretario de Estado [el cardenal Parolin, durante muchos años nuncio en Venezuela, n.d.e.] que decía: “Pero, mirad, en las recepciones, muchos que parecen superficiales buscan ‘el capelo’”. Y todos vosotros sabéis bien lo que habéis hecho en tantas almas. En esa mundanalidad, pero sin dejarse llevar por ella, sino tomando a las personas como son, escucharlas, dialogar… esa también es una saluda de sí mismo del nuncio, para comprender a la gente, dialogar… es una cruz”.

Jesús, añadió, “dice que nosotros, el sembrador siembra el grano, y después descansa porque es Dios quien lo hace brotar y crecer”. Y también el nuncio, afirmó, “debe salir de sí mismo hacia el Señor que hace crecer, que hace brotar la semilla, y debe salir de si mismo ante el tabernáculo, en la oración, en la adoración”.

Volver a empezar siempre con alegría y entusiasmo, también en las dificultades

Es un “testimonio grande”, este, afirmó, “el nuncio solo adora a Aquel que hace crecer, a Aquel que da la vida”.

“Estas son las tres salidas de un nuncio: la salida física, hacer las maletas, la vida de gitano. La salida – digamos – cultural: aprender la cultura, aprender el idioma … ‘Dime’ – en esa llamada telefónica – ‘dime, ¿qué idiomas hablas?’ – ‘Hablo el inglés bien, el francés, me apaño con el español …’ – ‘Ah, bien, bien … Escucha: el Papa ha pensado mandarte a Japón, ¡eh!’ – ‘¡Pero si no conozco una palabra, de estos japoneses!’ – ‘¡Aprenderás!’. Yo me quedo edificado por cada uno de vosotros, que antes de presentar las credenciales, en dos meses ha aprendido un idioma difícil, y ha aprendido a celebrar en ese idioma: ha vuelto a empezar esta salida con entusiasmo, con alegría. Y la tercera salida: la oración, la adoración”.

Esto, afirmó, “es más fuerte en los nuncios eméritos”. Es también un deber de “hermandad”, el “nuncio emérito reza más, reza más por sus hermanos que están allí, en el mundo”. Pero también el nuncio que está en el cargo, añadió, no debe olvidar esta adoración, “para que el Dueño haga crecer lo que él ha sembrado”.

“Tres salidas y tres maneras de servir a Jesús y a la Iglesia. Y la Iglesia os lo agradece. Os lo agradece mucho. Y también yo, personalmente, quiero daros las gracias. Muchas veces admiro, cuando recibo, por la mañana temprano, vuestras comunicaciones: mirad esto qué bien hace … Que el Señor os de la gracia de estar siempre al día en estas tres salidas, estas tres salidas de vosotros mismos”.

Artículo publicado por Radio Vaticano y traducido por Aleteia

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