Un grupo de médicos por la vida expresan su oposición al proyecto que busca despenalizar el abortoEl lugar elegido para la manifestación fue la Plaza Constitución frente a La Moneda, sede de la presidencia de Chile. Los protagonistas fueron un grupo de médicos que colocaron en el lugar un montón de delantales blancos esparcidos por el césped.
Se autoproclaman “Médicos por la Vida” y su objetivo fue entregarle a la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, unas 45.000 firmas contra el proyecto de despenalización del aborto en tres causales (inviabilidad fetal, violación y riesgo para la madre) que está avanzando en el país y que actualmente se encontraba a estudio de la Comisión de Salud del Senado y cerca de ser considerada por el plenario. Los impulsores buscan que se convierta en ley a comienzos de 2017.
Pero los médicos, que hasta ahora habían permanecido en silencio desde que el proyecto de ley comenzó a instalarse en la opinión pública en 2015, ante el avance decidieron salir a expresarse.
Según indicaron los organizadores de esta manifestación, la entidad está integrada por más de 1.300 profesionales y académicos de varias universidades chilenas como la Universidad Católica, De los Andes y del Desarrollo, indica La Tercera de Chile
“Estamos convencidos de que la solución es decir sí a la vida y no al aborto”, expresó uno de los médicos de este grupo, Luis Jensen, a ese medio.
Si bien el proyecto de ley contempla la objeción de conciencia, para los médicos de esta entidad no es suficiente. “Lo único que conseguirá es dividir a los equipos médicos entre objetores y no objetores”.
“Puede suceder que los servicios de salud no quieran contratar a personas que no hacen ese trabajo y que los especialistas opten por no trabajar en lugares que no coinciden con sus creencias”, prosiguió.
En tanto, las autoridades sanitarias chilenas salieron a reafirmar que el proyecto de ley no obliga a los profesionales a actuar en contra de sus principios y que sigue contemplando la objeción de conciencia individual. Incluso, desde el Colegio Médico de Chile se consideró que estos médicos representan una clara minoría.
De todos modos, más allá de las críticas recibidas, estos médicos necesitaban hacer oír su voz, dejar clara su postura y por ende hacer valer el derecho de expresión.