Un poco aterrador: el impacto de la televisión en el sistema cognitivo – suyo y de su hijoEl escritor francés Michel Desmurget, en su libro TV Lobotomie (Ediciones Milo, 2011), refuerza una fuerte alerta no sólo en cuanto a la gama infeliz de programas ofrecidos por los canales de televisión, sino en cuanto a la propia televisión, como tal. Muchas veces oímos o leemos que “la televisión en sí no es mala: basta escoger bien lo que se ve”. Sin embargo, para el autor, el problema no es tan sencillo.
“Yo prefiero que simplemente no exista la televisión”
Él cita a Alexandre Lacroix, escritor y director de la redacción de la Philosophe Magazine: “El problema de los intelectuales es que ellos acusan a la televisión de no ser buena o suficiente. Se vuelven sospechosos de querer imponer sus preferencias culturales a todos. Personalmente, yo no pienso que haya una televisión buena o una televisión mala. Yo prefiero que simplemente no exista la televisión”.
Aunque fue lanzado en 2011, el libro continúa siendo un trabajo de referencia de las Ediciones Milo. Las 320 páginas aproximadamente se leen más rápidamente de lo que imaginamos: cada declaración está acompañada de resultados específicos de estudios, diagramas, gráficas… Nada es dejado al azar y el autor no puede ser acusado de anti modernismo sectario o algo por el estilo. Los hechos están: los enuncia y los demuestra. El escritor incluso subraya que “estos hechos son negados con fascinante empeño por la industria audiovisual y su ejército de especialistas complacientes. La estrategia no es nueva: los fabricantes de cigarros la usaron en su tiempo para contestar el carácter cancerígeno del tabaco”.
Los capítulos tienen títulos listos para agitar el debate de los simpatizantes del objeto incriminado:
La TV en todos los lugares, en todos los momentos
La TV sofoca la inteligencia
La TV amenaza la salud
La TV cultiva el miedo y la violencia
Algunos pasajes
“Sophie, de 2 años, mira la televisión una hora al día. Esto duplica sus posibilidades de presentar desórdenes de atención cuando crezca.
Lubin, 3 años, mira la televisión dos horas al día. Eso triplica sus posibilidades de sobrepeso.
Lina, 15 años, mira series de televisión como Desperate Housewives. Eso triplica sus posibilidades de un embarazo precoz indeseado.
Entre los 40 y 60 años, Ives miró la televisión una hora al día. Eso aumentó en un tercio sus posibilidades de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
Prohibir la televisión a niños menores de 6 años
Entones, ¿qué se hace? ¿Quitar la televisión de la sala? Sería lo ideal, es lo que recomienda el especialista.
Pero él también da algunas sugerencias menos drásticas:
Nada de televisión en el cuarto de dormir;
Limitar el tiempo de televisión a menos de cuatro horas por semana, en especial para los jóvenes;
Y principalmente, eliminar la televisión a los niños con menos de 6 años, pues ejerce una gran influencia en el desarrollo psicomotor de nuestros pequeños.
Ciertamente, se trata de un estudio un poco alarmista sobre el consumo de la TV. Pero ¿no es cierto que este aparato nos ha producido un estilo de vida (sedentarismo, dispersión cognitiva, falta de hábito lector y de sentido crítico) mucho menos saludable?