“Cuando era chicho, algún párroco por ahí mandaba a quemar la carpa de los evangélicos, gracias a Dios se ha superado eso. Si no existe respeto recíproco no existirá diálogo interreligioso”, dijo el Papa a los participantes al Simposio “América en Diálogo-Nuestra Casa Común” reunidos en Roma, en la sede del Augustinianum, del 7 al 8 de septiembre.
Un respeto entre las religiones que “es la base para poder caminar juntos y afrontar desafíos”, constató el Papa Francisco en ocasión del evento que ha sido promovido por la Organización de los Estados Americanos (OEA) y del Instituto de Dialogo Interreligioso de Buenos Aires con la colaboración del Pontificio Consejo del Vaticano encargado del tema.
El mundo de hoy sufre y necesita de las religiones
En este contexto, señaló que los creyentes de todas las religiones están bajo observación. “El mundo constantemente nos observa a nosotros, los creyentes, para comprobar cuál es nuestra actitud ante la casa común y ante los derechos humanos”, abundó.
El Papa indicó que el mundo exige a los creyentes mayor colaboración entre ellos para ayudar a quienes no creen para dar respuesta efectiva a “tantas plagas de nuestro mundo.
Así, se refirió a “la guerra y el hambre, la miseria que aflige a millones de personas, la crisis ambiental, la violencia, la corrupción y el degrado moral, la crisis de la familia, de la economía, y sobre todo la falta de esperanza”.
La ayuda entre creyentes de varias religiones – subrayó Francisco – “está años luz de cualquier concepción proselitista”.
La plataforma interreligiosa para América
De esta manera, el Pontífice apoyó el Consejo de Diálogo Interreligioso para las Américas. Una plataforma para el dialogo entre católicos, judíos y musulmanes de todo el Continente.
En la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico, el Pontífice agradeció a la Organización de los Estados Americanos y al Instituto del Diálogo Interreligioso de Buenos Aires por sus esfuerzos para hacer realidad este evento, así como la colaboración del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso.
Asimismo, estimó ‘loable’ que se trabaje “conjuntamente en el proyecto de constituir un Instituto de Diálogo que abarque a todo el continente Americano”.
Al mismo tiempo, que los invitó a “seguir adelante para el bien no sólo de América, sino del mundo entero”.
El primer encuentro de la Plataforma en Roma se ha centrado en el estudio de la Encíclica Laudato si’ de Papa Francisco, en la cual, el Obispo de Roma, ha querido “llamar la atención sobre la importancia de amar, respetar y salvaguardar nuestra casa común”.
Bajo la guía de la encíclica social que tiene una visión ecuménica e interreligiosa explicita, los participantes han discutido sobre la belleza y la armonía que existe en la creación.
La Casa común que “es ese regalo que Dios nos hace para que podamos hallarlo y contemplarlo en su obra”, destacó el Papa.
Por ello, indicó que “es importante apostar por una ‘ecología integral’, en el que el respeto por las criaturas valore la riqueza que encierran en sí mismas y ponga al ser humano como culmen de la creación”.
El papel de las religiones en el cuidado de la casa común
El Papa subrayó que las religiones tienen un rol muy importante en esta tarea de promover el cuidado y el respeto del medio ambiente. Al citar su encíclica, Francisco pidió que mayor educación a todos los niveles.
Al respecto, consideró que ‘aún estamos al nivel de escuela nido’ en varios países en la difusión de una “actitud responsable y atenta hacia las exigencias del cuidado de nuestro mundo; y, de modo especial, proteger, promover y defender los derechos humanos (cf. Enc. Laudato si’, 201)”.
El diálogo cada uno desde su propia identidad
Con una actitud pragmática, el Papa Francisco consideró que el diálogo interreligioso “está fundado en la propia identidad y en la confianza mutua que nace cuando soy capaz de reconocer al otro como don de Dios y acepto que tiene algo que decirme”.
El Pontífice insistió en que “cada encuentro con el otro es una pequeña semilla que se deposita; si se riega con el trato asiduo y respetuoso, basado en la verdad, crecerá un árbol frondoso, con multitud de frutos, donde todos podrán cobijarse y alimentarse, nadie estará excluido, y en él todos formarán parte de un proyecto común, uniendo sus esfuerzos y aspiraciones”.
Las religiones para defender la vida
Entretanto, explicó que en este camino de dialogo, “el creyente es un defensor de la creación y de la vida” que “no puede permanecer mudo o de brazos cruzados ante tantos derechos aniquilados impunemente”.
El Obispo de Roma hizo un llamado a los hombres y las mujeres de fe para “defender la vida en todas sus etapas, la integridad física y las libertades fundamentales, como la libertad de conciencia, de pensamiento, de expresión y de religión”.
“Es un deber que tenemos, pues creemos que Dios es el artífice de la creación y nosotros instrumentos en sus manos para lograr que todos los hombres y mujeres sean respetados en su dignidad y derechos, y puedan realizarse como personas”, afirmó.
La religión como esperanza ante el odio y el terrorismo
“Además, constatamos con dolor que a veces el nombre de la religión es usado para cometer atrocidades, como el terrorismo, y sembrar miedo y violencia y, en consecuencia, las religiones son señaladas como responsables del mal que nos rodea”, señaló Francisco.
Por ello, exhortó es necesario “condenar de forma conjunta y rotunda estas acciones abominables y tomar distancias de todo lo que busca envenenar los ánimos, dividir y destruir la convivencia”.
En este sentido, verificó “hace falta mostrar los valores positivos inherentes a nuestras tradiciones religiosas para lograr un sólido aporte de esperanza”.
Las religiones unidas por un mundo mejor
Por este motivo, “son importantes los encuentros, como el presente. Es necesario que compartamos los dolores como también las esperanzas, para poder caminar juntos, cuidando el uno del otro, y también de la creación, en la defensa y promoción del bien común.
Qué bueno sería dejar el mundo mejor de como lo hemos encontrado. ¡Es lindo eso!
Y en otro momento, espontáneo, remarcó: En un dialogo que hemos tenido en años atrás sobre el cuidado de la casa común, un entusiasta comentó: ‘tenemos que dejar para nuestros hijos un mundo mejor’. Y el otro contesto: ¿Y habrá hijos para esto?’.
El jubileo para abrir nuevos espacios de dialogo
Por último, en el contexto del año dedicado al Jubileo de la Misericordia, explicó que “ésta tiene un valor universal que abarca tanto a los creyentes como a los que no lo son, porque el amor misericordioso de Dios no tiene límites: ni de cultura, ni de raza, ni de lengua, ni de religión; abraza a todos los que sufren en el cuerpo y en el espíritu”.
“Además, el amor de Dios envuelve a toda su creación; y nosotros como creyentes tenemos una responsabilidad de defender, cuidar y sanar al que lo necesita”, sostuvo para indicar que el Año Jubilar de la Misericordia es una “ocasión para abrir posteriores espacios de diálogo”.
El gesto del Papa
“Todos tenemos un corazón religioso”, dijo al final el papa Francisco bendiciendo a los participantes del simposio, entre ellos diversos musulmanes, judíos, cristianos de varias denominaciones.
Hoy celebramos a...