Curiosidad: una canción de los Beatles tiene una gran importancia en la trama de la películaTres elementos son la base para las aventuras de Kubo en esta película, y todos ellos están íntimamente entrelazados.
En primer lugar el respeto por la memoria ancestral de los antepasados, en este caso con el espíritu de uno de ellos atrapado nada menos que en una guitarra a la que aluden las “dos cuerdas mágicas” del título. En segundo lugar la estética de la ambientación en el Japón feudal otorga una particular personalidad dejando que la forma delimite el fondo en función de patrones visuales que en el diseño de algunos personajes es deudora incluso del origami (papiroflexia), milenario arte nipón del que el protagonista se vale para construir historias con las que embelesa al público mientras acompaña la épica de sus leyendas con la guitarra del título.
Y con esto llegamos a la música, concretada a través del lamento de las cuerda de una guitarra, concediendo a la narración un especial significado cuando identificamos las notas del leitmotiv en la banda sonora como una trasposición de “While my guitar gently weeps”, una canción de The Beatles cuya intrahistoria curiosamente no resulta ajena a lo que vemos en pantalla.
Kubo es un pequeño que vive apaciblemente hasta que una venganza forjada en el pasado surge para trastocarlo todo, obligándole a marcharse lejos viéndose obligado a recabar la asistencia de dos peculiares personajes que le proporcionarán la guía y la ayuda necesaria para prepararse ante el reto de confrontar su destino. En cierto modo el esquema puede resultarnos familiar, por no profundizar más, y nos traerá a la mente “El rey león” (Rob Minkoff y Roger Allers, 1994) y los avatares de Simba con Timón y Pumba.
Serán estos tres personajes quienes, no en busca de autor como los seis de Pirandello sino en busca de una trama, los que darán sentido a un cierto componente mágico que subyace en la película: el poder de la unión, la fuerza de la determinación y la inestimable ayuda del espíritu de quienes nos precedieron y siguen presentes en nosotros.
Decíamos que la intrahistoria de la composición de cierta canción de The Beatles no puede desligarse de esta película. Tras leer el I Ching (libro chino escrito en torno al 1.200 a.C. y que además de supuestamente servir para aventurar el destino contiene preceptos morales y filosóficos) George Harrison quedó impregnado de un cierto sentido de conexión global, una idea de que todos estamos conectados de cierta forma y que todo está relacionado entre sí, por contraposición a cierta concepción occidental de que las cosas suceden “por casualidad” y que tanto los actos como las personas estamos aislados entre nosotros, carentes de comunión, por así decirlo.
Harrison plasmó esos sentimientos y esas ideas en la canción “While my guitar gently weeps” (Mientras mi guitarra llora suavemente) y desde la primera estrofa parece llamar nuestra atención embargado líricamente por una mezcla de desencanto y resignación ante la actitud de algunos:
Look at you all
See the love there that´s sleeping
[…]
I don´t know why nobody told you
How to unfold your love
[…]
While my guitar gently weeps
——-
(Miraos todos
Ved el amor que permanece dormido
[…]
No sé porqué nadie os dijo
Cómo desplegar vuestro amor
[…]
Mientras mi guitarra llora suavemente)
Es ese sentido de amor sincero y fraternal el que Kubo nos transmite con la magia de su historia, permitiendo que una vez más y aunque sea en la ficción nos convenzamos de que merece la pena amar al prójimo sin tener en cuenta sus cualidades o su condición y hermanarnos en la diversidad para alcanzar la armonía a través de la consecución de objetivos honorables.