La memoria histórica y religiosa de la región central de Italia ha sido profundamente herida por el sismoTambién el patrimonio artístico, histórico y eclesial de la Italia central tiene heridas propias que lamentar, causadas por el reciente terremoto: el sismo ha golpeado fuertemente muchos pequeños lugares de culto, incluyendo iglesias, basílicas y monasterios, que encarnan la memoria histórica y religiosa de la zona. En total, se han contado aproximadamente 70 poblados y villas afectados por el terremoto, de los cuales Amatrice ha recibido los peores embates del sismo, según se lee en Hyperallergic.
Varios de los daños mayores registrados en Amatrice, conocido como el “pueblo de las cien iglesias”, corresponden a la basílica de San Francisco y la iglesia de San Agustín. De acuerdo con el Ministerio de Cultura, la maravillosa fachada de la basílica -que data del siglo XIV- ha perdido su óculo; esto es, la abertura del vitral la fachada. Todo el interior, que es de una sola nave, está repleto de pinturas y en el ábside se pueden apreciar frescos del siglo XIV. La iglesia de San Agustín, construida en 1428, ostenta un hermoso portal de gótico tardío que también ha sufrido daños. El alcalde de Amatrice, Sergio Piorizzi, declaró a Reuters que aproximadamente tres cuartas partes del pueblo simplemente ya no existen.
El Ministerio de Cultura italiano no ha vacilado en calificar la situación como “grave”, no sólo porque la zona afectada es vasta, sino porque además se trata de un territorio “rico en patrimonio cultural popular”. La Policía regional está también cumpliendo labores de protección del patrimonio cultural, para evitar que las iglesias y templos afectados sean además sometidos al vandalismo y al saqueo, dada la cantidad de piezas de arte y reliquias históricas que guardan.
La región de Nursia, conocida especialmente por ser el lugar de nacimiento del padre del monacato occidental, San Benito, ha sufrido daños graves, especialmente en el seminario episcopal y las iglesias de Santa Iluminada y, precisamente, la de San Benito. Los monjes benedictinos de Nursia han informado que, si bien el monasterio ha sufrido daños, sus talleres siguen funcionando.
La Diócesis de Macerata, Tolentino, Recanati, Cingoli y Treia ha comenzado a ayudar económicamente a las iglesias más afectadas de la región, entre las que destacan la Iglesia de la Santa Cruz de Tolentino, de los frailes capuchinos, cuyo techo se derribó por completo. En San Ginés, el convento de las monjas capuchinas, fue declarado no apto para su uso. La catedral de San Giuliano, construida en el siglo X, también ha sido declarada como “inservible”. Por ahora, la prioridad sigue siendo la de rescatar personas que podrían estar aún sepultadas bajo los escombros. Como ha dicho el Primer Ministro italiano, Matteo Renzi, “hoy es un día para llorar. Mañana podremos hablar de reconstruir”.