Los organizadores proporcionan espacio para el culto y clero para los atletasPor la forma en que a veces se retrata a los atletas olímpicos, es comprensible que los espectadores crean que el deporte es su religión y que el cuerpo es su dios.
Pero el hecho de que los organizadores hayan establecido un área especial para servicios religiosos en la Villa Olímpica y Paralímpica de Río de Janeiro es prueba de que muchos atletas, sin duda, creen en un Poder Superior.
Después de que el mundo sintonizara el viernes noche en sus televisores la emisión de una espectacular ceremonia de apertura de los XXXI Juegos Olímpicos en Río, otras liturgias, más sencillas, se irán produciendo en un lugar mucho más tranquilo todos los días hasta el 21 de septiembre. Según informa Deseret News, un “centro interreligioso” ofrecerá apoyo espiritual y religioso a atletas de una gran variedad de cultos, incluyendo el cristianismo, el islam, el judaísmo, el hinduismo y el budismo.
Estas religiones se escogieron en base a la composición de credos de los atletas seleccionados en la competición de los Juegos, explicaba el periódico mencionado.
Cada una de las cinco tradiciones religiosas tendrá un espacio de culto permanente que puede acomodar hasta 50 personas, con cuatro capellanes católicos y cuatro protestantes al servicio del centro; las otras tradiciones religiosas también tienen cuatro representantes cada una, según el sitio web olímpico.
Se esperan más de 10.000 atletas de 205 naciones compitiendo en eventos por 306 medallas.
“Nuestra labor es ofrecer a los atletas un lugar donde puedan encontrar bienestar y paz espiritual, sea cual sea su religión”, declaró el padre Leandro Lenin, sacerdote católico al cargo de la coordinación. “Somos un símbolo de paz, hermandad y unidad de pueblos”.
Además de los esfuerzos por unificar a los atletas, el centro también ofrece oportunidades para participar en grupos de oración y recibir consejo individual, según recoge Catholic News Service.
“Todos creemos en el diálogo y la hermandad entre religiones”, afirmó el padre Lenin.
“Esperamos poder ofrecer el equilibrio necesario entre lo físico y lo espiritual”, explicaba el rabí Elia Haber, que también participa en el proyecto. “Para los atletas es muy importante trabajar en ese aspecto”.