Se producen tres muertes a la semana
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Muy pocas veces ha sido más atinada la presencia del magisterio papal como con la Encíclica de Francisco “Laudato si”, sobre el cuidado de la Casa Común. Quizá “Pacem in Terris” de san Juan XXIII, cuando la crisis de los misiles en Cuba.
Y es que, además de la conversión ecológica a la que todos los hombres –especialmente los cristianos—estamos llamados a llevar a cabo, también es urgente una protección legal global de las mujeres y los varones que se le juegan por el cuidado ambiental.
Tres muertes a la semana
Sobre todo si se toma en cuenta que el Reporte Anual de la Organización Global Witness (“En terreno peligroso”), el año 2015 fue el peor de la historia en lo que respecta al asesinato de defensores de la tierra y el medio ambiente, personas que luchaban por proteger su tierra, sus bosques y sus ríos.
En efecto, según este reporte, durante 2015 más de tres personas a la semana murieron asesinadas por defender su tierra, sus bosques y sus ríos frente a industrias destructivas.
Una cifra inusitada
A lo largo del documento se registraron 185 muertes que se sabe que acaecieron el año pasado por todo el mundo, una cifra que supone, con mucho, la cifra anual de víctimas mortales más alta jamás registrada, y que, por ejemplo, representa más del doble del número de periodistas (otra de las nuevas profesiones de alto riesgo) asesinados el año pasado.
“El medio ambiente empieza a convertirse en un nuevo campo de batalla para los derechos humanos. Con la continua demanda de productos como minerales, madera y aceite de palma, gobiernos, empresas y bandas de delincuentes están apropiándose de tierra haciendo caso omiso de la gente que en ella vive”, denuncia el Informe.
Brasil y Filipinas, los más letales
Más adelante, detalla que el año pasado los países más mortíferos para los activistas de la tierra y el medio ambiente fueron Brasil, con 50 muertes, y Filipinas, con 33, que representan cifras nunca vistas en estos países ni en el mundo.
La lista de países no amigables con los defensores de los derechos ambientales y humanos de los defensores de la ecología, continúa así: Colombia (26 muertes), Perú (12), Nicaragua (12) y la República Democrática del Congo (11).
La codicia contra los indígenas
Entre las principales causas de estos asesinatos se encontraban la minería (en 42 casos), la agroindustria (20), la tala (15) y los proyectos hidroeléctricos (15).
Los datos demuestran que 67 de los defensores de la tierra y el medio ambiente asesinados el año pasado pertenecían a comunidades indígenas, lo que supone la cifra más alta de la historia.
“Por cada asesinato que podemos documentar, hay otros que no pueden verificarse o que no se denuncian, al igual que, por cada vida que se pierde, muchas más quedan arruinadas por la violencia, las amenazas y la intimidación constantes”, denuncia el Informe.
Guardianes naturales
Finalmente, Global Witness insta a los gobiernos de todos los países del mundo a proteger a los defensores de la tierra y el medio ambiente como una tarea vital, no solo por una cuestión de justicia y derechos humanos fundamentales, sino por nuestra supervivencia colectiva.
“Ellos son los guardianes de los recursos naturales de nuestro planeta en un contexto de cambio climático vertiginoso y una miríada de problemas ambientales que amenazan a la humanidad”, concluye proponiendo el Informe.