Durante años ha luchado con el crimen italiano y con los narcotraficantes. Hoy vela por la seguridad del Papa Francisco. Conoce a Maria Rosaria Maiorino. Pocas personas saben que el jefe de la protección papal es una mujer. Es rubia y tiene 60 años de edad. Antes de ser designada al Vaticano, hasta el año pasado luchaba contra la delincuencia organizada. Fue, entre otros, jefa del departamento para la lucha contra el tráfico de drogas. El tema de mafiosos y asesinos era para ella su pan de cada día.Así que, la noticia de que se ocuparía de garantizar la seguridad del Santo Padre, la impactó. Y temerosa si podrá hacer frente a la tarea. Sin embargo, en ningún momento pensó rechazar la oferta, porque desde el principio – como recuerda en una entrevista con la revista femenina „Twój Styl” [“Tu Estilo”] – entre ella y el Papa se estableció una buena conexión.
Fuera del protocolo
La protección del Papa Francisco es todo un desafío, responde Maiorino a Magdalena Wolińska-Riedi. La razón de esta dificultad y preocupación es la gran espontaneidad del Papa, que desafía muchas reglas. Desde los primeros momentos, el comportamiento del Papa la llevaba de cabeza – por ejemplo, cuando entró en el campo de inmigración, Campo Arcobaleno, donde se encuentran los inmigrantes de América del Sur. Tanto los refugiados sorprendidos por la visita del Papa, como la misma Maiorino, no podían creer lo que veían.”Después de regresar al Vaticano me dio las gracias por el trabajo realizado y se disculpó – lo cual es inusual – por dificultar nuestro trabajo saltándose el protocolo” – recuerda en una entrevista con „Twój Styl” [“Tu Estilo”] la jefa de protección papal.Tales situaciones se producen con frecuencia. El Papa no evita el contacto humano. ¡Todo lo contrario! A veces baja el cristal de la ventana del coche para hablar con los transeúntes. “El deseo del Papa es para mi como una orden. Nuestro único deber es adaptarnos a sus necesidades”- subraya Maiorino. Solo que el Papa, muy a menudo comunica sus deseos en el último minuto, añade.
El Ángel de la Guarda Papal
Maiorino no será responsable de la seguridad de Francisco durante la JMJ en Cracovia. Esta mujer trabaja para la policía italiana y su deber de proteger al Papa en Italia.En los viajes al extranjero el Santo Padre es acompañado por agentes de la Guardia Suiza y de la Gendarmería del Vaticano. La seguridad del Papa Francisco la garantiza también el servicio del país que visita (en Polonia son los funcionarios de BOR).”El Ángel de la Guarda de Francisco”, como llaman a la Maiorino, dio unos cuantos consejos a los servicios de seguridad polacos. En primer lugar, que tuvieran en cuenta la necesidad papal de estar cerca de la gente. De ahí, la concentración máxima y el seguimiento de cada paso del Santo Padre.La jefa de la protección papal no tiene hijos ni familia. Hizo tal elección conscientemente, porque e trabajo la absorbe por completo. Ahora sirve al Papa, y es un honor para ella, a pesar de que – admite – a veces tiene la impresión de que es un sueño cuando piensa para quien trabaja. “La responsabilidad de la vida del Santo Padre es mía” -, dice con orgullo.