Tambores, guitarras y altavoces fueron colocados a un lado…Miércoles por la tarde en la población de Nowa Huta. Este concierto empieza como todos: con los sonidos de los tambores y de varias guitarras, con la entrada del presentador en el escenario cargado de humo acompañado por los gritos del público.Cantos, bailes y banderas de todo el mundo. Todo se para repentinamente, la multitud se calma y deja de saltar… cae de rodillas.
Y el concierto de rock del cantante irlandés Michael Patrick Kelly de repente se convierte en una conmovedora oración.
El décimo hijo de la familia Kelly, conocido por todos como “Paddy”, llegó a Cracovia por invitación de la Comunidad Emmanuel que trabaja en veinte países (como Kelly señaló durante el concierto, uno de los miembros de la banda, el guitarrista Franz Kinski, es también miembro).
Banderas nacionales y bandera de las naciones
Paddy saludó al público en varios idiomas: “¿Do you speak English a bit?” , “Parlez Vous Francais?”, “Sprechen Sie Deutsch?”, etc. El cantante fue muy activo, incluso diría hiperactivo.
Corría, bailaba, saltaba encima de los altavoces colocados en la parte delantera del escenario. Mientras estaba de pie sobre uno de ellos, a pocos pasos de la audiencia, alguien lanzó en su dirección la bandera irlandesa.
-Oh, ¡los irlandeses están aquí! -le alegró la presencia de sus compatriotas.
Enseguida, representantes de otras nacionalidades le tiraban los símbolos de identidad nacional de sus países, y él les daba la bienvenida a todos y cada uno. Al final de esta breve presentación de las naciones desapareció por un momento.
A la vuelta trajo una bandera del mundo de grandes dimensiones, con las banderas de todos los países y una paloma dibujada en ella, símbolo del Espíritu Santo y de la paz.
La memoria del hermano
Durante el espectáculo, el artista también se refirió a los acontecimientos del lunes en Francia. La balada Brother, brother [“Hermano, hermano”] la dedicó al sacerdote asesinado en la iglesia de Normandía.
Kelly, quien pasó seis años en un monasterio como monje, parece sentirse identificado con el clero.
Después del concierto, habló de su vida, de su familia, del agotamiento que sufrió en el mundo del espectáculo hace varios años, y de su estancia en una orden y de su renacimiento.
Mencionó sus vivencias en la JMJ del año 2000 en Roma y pidió que ni el canto ni el baile nos hagan olvidar lo más importante de esta reunión. Cuando terminó de contar su testimonio, sucedió algo inesperado.
¿Podría hacer algo más?
– ¿Podría cantar otra canción? – preguntó humildemente al público el artista de renombre mundial.
– Será mi oración.
Kelly llamó a la escena a cinco hijos de Kinsky, que -al igual que su padre- también pertenecen a la Comunidad Emmanuel.
Los fans del grupo “The Kelly Family” tuvieron la impresión de ser testigos de un gran come back.
El grupo introdujo a la audiencia en el estado de oración, casi como se inducen a las personas en un estado hipnótico. La multitud se balanceaba suavemente a la derecha y a la izquierda cantando el Ave María.
La custodia sacramental en el resplandor
El escenario fue reorganizado. Los tambores, guitarras y altavoces fueron apartados. El equipo de Emmanuel instaló el altar al instante. Encendió las linternas y decoró el altar con flores. La procesión de sacerdotes subió solemne la custodia, que en el resplandor de las luces del escenario se veía aún más impresionante.
El público se arrodilló. Igual que Paddy, que desde entonces cantaba y tocaba la guitarra de rodillas. El cantante oraba en voz alta en inglés. En la oración pronunció también una frase en polaco Jezu, ufam Tobie! [“Jesús, confío en Ti”].