Justo Gallego tenía 38 años de edad poco después de haber tenido que abandonar forzosamente el monasterio cisterciense de Santa María de Huerta, debido a serias complicaciones de salud que sólo se agravaban con el régimen monástico.
El suyo era un cuadro tuberculoso complicado, y pidió a la Virgen del Pilar por su curación. Al verse curado, comenzó a construir una “catedral” en un viejo terreno de labranza perteneciente a su familia.
“Cuando empecé a construir esta catedral”, comentó Gallego, quien ahora cuenta con más de 90 años de edad, en una entrevista a CNN, “lo que decía la gente es que yo estaba loco. No creían que iba realmente poner tanta dedicación en esto, y así, les he demostrado que estaban equivocados”.
Ubicada en la Comunidad de Madrid, la iglesia de Gallego tiene un salón parroquial, claustros, un baptisterio, cúpula, cripta, y una enorme iglesia principal.
Sin embargo, es preciso aclarar que no se trata de una “catedral”, como es comúnmente conocida: el edificio ni está consagrado ni es reconocido oficialmente como un templo por la diócesis de Alcalá de Henares.