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Cuando un fraude frustra el sueño de un estudiante

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Pablo Cesio - publicado el 19/07/16
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La proliferación de “universidades garaje” en Paraguay pone en jaque la educación superiorUniversidades “garaje”. Así se denomina al fenómeno de montar un centro educativo superior y con carreras sin certificación, tan rápido, quizás como poner un quiosco. Por ende, son instituciones que no cumplen con los requisitos estatales correspondientes.

Este fenómeno se ha expandido en Paraguay y proliferado de manera particular entre los años 2006 y 2010, algo que termina generando consecuencias nefastas para la calidad educativa, además de provocar la frustración de miles de estudiantes que descubren que su titulación no tiene reconocimiento.

Según datos del Ministerio de Educación de Paraguay, más de 8.000 estudiantes fueron estafados por las universidades de garaje, indica ABC de Paraguay, en los últimos tiempos.

¿Las razones de la proliferación?

Entre 2006 y 2010 rigió en Paraguay la ley 2529 (la Ley Marcos) que dio vía libre a la creación de universidades e institutos superiores, bajo el argumento de la autonomía educativa.  Esto devino en falta de controles y en el incumplimiento de los requisitos mínimos de evaluación.

“Para los legisladores de ese tiempo significaba que ninguna autoridad podía reglamentar el funcionamiento ni la creación de las universidades, solamente los legisladores”, expresó a EFE el vicepresidente de Educación Superior, Gerardo Gómez.

Con la puesta en marcha de esta ley el organismo de regular la viabilidad de la apertura de las universidades, el Consejo de Universidades, dejaron de tener una opinión vinculante, además de que los centros empezaron a “poder crear las carreras que se les ocurriese”, agregó Gómez a EFE.

Recién en 2013 se pudo crear una ley que le ponía límites a estas instituciones fraudulentas. Gracias a esta mirada sobre el asunto es que se pudo detectar la ausencia de calidad formativa y la presencia de carreras fraudulentas. Igualmente, se estima que aún hay funcionando 54 centros con estas características.

Pero más allá de estos inconvenientes formales uno de los aspectos que más pasan desapercibidos tienen que ver con futuro desempeño de quienes tienen que ejercer de forma profesional y cuya capacidad no puede ser certificada de manera adecuada, tal cual consideró Gómez.

“Para mí el problema no es ni siquiera el estudiante, sino el ejercicio profesional de esa persona, que va a afectar a un montón de gente”, indicó.

¿Alguna solución?

Los sueños de miles de estudiantes han sido frustrados debido a estas instituciones fraudulentas y es por ello que se está trabajando en una propuesta para que las personas que se han quedado sin titulación puedan solucionar el problema a través de algún examen para revalidar y que estipule la formación universitaria real, manifestó Gómez.

Estos exámenes emularían a las certificaciones internacionales que convalidan carreras que se hacen en otros países. Gómez agregó a EFE que lo que se ha hecho con los estudiantes es una “inmoralidad y que se ha truncado y atentado contra el sueño de los padres y los estudiantes”.

En tanto, Gómez dejó entrever de fondo también hay un tema político debido a que muchas de estas “universidades garaje” tienen a políticos como rectores, dueños o con algún vínculo cercano.

“Si uno mira quiénes son los socios o dueños de algunas universidades se va a dar cuenta de que ahí están los nombres de algunos legisladores. Evidentemente estaba el interés”, consideró.

El tema del trasfondo político es preocupante, el fenómeno de las “universidades garaje” persiste en Paraguay, pero el dato alentador es que se haya comenzado a mayor atención de parte de las autoridades competentes como el Ministerio de Educación, sobre contemplando soluciones para miles de afectados para que puedan volver a empezar y dejar atrás los sueños frustrados.

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