Las Carmelitas Samaritanas del Corazón de Jesús llegan a vivir a un monasterio del siglo XIII que tenía 4 años sin una comunidad estable viviendo en él.
Hace pocos días, la mañana del jueves 30 de junio, la nueva comunidad religiosa que vivirá en el Monasterio de Valdediós, en Asturias, a partir de este verano, fue presentada oficialmente a la prensa. El Monasterio, fundado el 27 de noviembre del año 1200 por Alfonso IX de León y Berenguela de Castilla albergará ahora a las Carmelitas Samaritanas del Corazón de Jesús, una comunidad de 32 religiosas que hasta el momento se encontraban en Valladolid. A partir de ahora, la comunidad de las Carmelitas Samaritanas desarrollará su vida en ambos conventos, el de Valladolid y en el de Valdediós.
Se espera que, en este último, habiten continuamente doce o trece religiosas, aunque es probable que en los momentos de mayor afluencia de peregrinos, que cruzan por la locación para llegar a Santiago, siguiendo el Camino, más religiosas se sumen a la comunidad para poder cubrir la demanda de trabajo.
El Arzobispo de Oviedo, Monseñor Jesús Sanz, realizó una breve presentación, recordando hacía cuatro años atrás, también un treinta de junio, se despedían los últimos moradores de Valdediós, los Hermanos de San Juan: “Al poco de llegar yo como Arzobispo de Oviedo, los hermanos de San Juan me dijeron que estaban encantados de haber llegado a Asturias, pero la índole de su vocación no se correspondía con un monasterio, y que el camino monástico no era el de ellos. Yo entendí sus razones, y Valdediós se quedó sin moradores, nuevamente”, declaró el prelado, de acuerdo a la información publicada por el portal de la Iglesia de Asturias.
Sin embargo, durante estos años Valdediós ha seguido recibiendo visita: el albergue de peregrinos del monasterio ha seguido funcionando. Pero, como señaló Monseñor Sanz, “Valdediós tiene un bellísimo cuerpo, pero le faltaba el alma. Hoy, cuatro años más tarde, el alma vuelve a Valdediós. Éste es un lugar paradisíaco, pero lo cierto es que no es un museo. Por eso no hemos traído a gente que gestione un museo, sino a gente que ponga vida y alma en este lugar. Valdediós –manifestó el Arzobispo de Oviedo– tiene una importante historia de acogida a lo largo de los años. Las hermanas continuarán en esta misma línea, porque aquí se acerca mucha gente con preguntas, inquietudes, heridas, y en Valdediós pueden hallar un lugar de paz, donde encontrarse con el Señor