Un asunto serio: ¡cuánta costumbre hay de llamar al otro hereje hoy en día! Fácil y absurdamente incorrecto. La gente tiene una idea equivocada de lo que es herejía, y hace uso de esta gravísima acusación de forma habitual.
No todas las tonterías que se dicen o se practican son un pecado contra la fe de la Iglesia.
El Código de Derecho Canónico, en el canon 751, aclara:
"Se llama herejía a la negación pertinaz, después de recibido el bautismo, de una verdad que ha de creerse con fe divina y católica, o la duda pertinaz sobre la misma".
O sea, la fe necesita ser explicada, la persona tiene que ser persistente en el pecado y debe ser advertida. Perseverando, incurre en el pecado de herejía. Solo hay consumación del pecado mediante la obstinación de la persona en el error. Y se refiere a las verdades que deben ser creídas con fe divina y católica, que vienen explicadas en el canon 750: el depósito de la fe y de la tradición.
Pecado de los católicos
Ante lo que dice el canon, deducimos que solamente los fieles católicos pueden incurrir en herejía. Las personas no bautizadas, de otras religiones o credos, no son herejes.
Está también la realidad de la ignorancia, culpable o no. O sea, si un fiel no conoce la integridad de la fe, no puede ser llamado hereje. Además, para incurrir en herejía, el error tiene que ser demostrado y explicado, y la persona debe ser advertida por una autoridad eclesiástica.
Hereje y apóstata, ¿es lo mismo?
Vale destacar que la herejía es diversa de la apostasía: esta niega la totalidad de la fe.
Por eso, mucho cuidado con adoptar una postura de suficiencia y calificar a un hermano o hermana de hereje. El pecado, en este caso, puede ser solo tuyo.
El Magisterio de la Iglesia enseña que el pecado de herejía puede ser perdonado en la Confesión Sacramental.