¿Por qué el Congreso estadounidense no prohíbe o limita el acceso a las armas? En días pasados presentamos en Aleteia un primer reportaje sobre el tema del armamentismo interno de Estados Unidos de América. En él describíamos los tiroteos masivos que ha habido en la Unión Americana de 1982 al del bar Pulse de Orlando.
En total han muerto 670 personas en estos actos masivos. En el 78 por ciento de los casos el tirador es varón.
Regulación laxa y discusión sobre normas
Pero: ¿por qué existen tantas armas –algunos calculan hasta 270 millones—en manos de civiles estadounidenses?
Porque se sigue privilegiando, por parte de la influyente Asociación Nacional del Rifle y por el Congreso, el apego a la 2ª Enmienda de la Constitución, en la que se permite portar y usar armas de fuego a toda persona mayor de 21 años.
La regulación es demasiado laxa. De hecho, personas con antecedentes de violencia doméstica, consumidores de drogas o con trastornos mentales pueden acceder a tener armas con facilidad (la organización de investigación Mother Jones muestra, en su base de datos, que uno de cada dos asesinos masivos tenía problemas mentales antes del tiroteo).
Curiosamente el Estado con mayor número de tiroteos masivos (13) y de víctimas mortales (106) desde 1982 a la fecha, California, es el Estado de la Unión Americana donde son más duras las normas para acceder a un arma.
Los defensores de los ciudadanos armados y del revólver acuden a este dato para demostrar la ineficacia de las restricciones que quieren poner “los liberales”.
Sin embargo, Florida, el segundo Estado con mayor número de acontecimientos de este tipo (7) y segundo número de víctimas mortales (91) es de los estados más laxos del país.
Para comprar un rifle de asalto en cualquier tienda que los venda (normalmente en las tiendas de deportes, aunque también se pueden comprar en armerías y supermercados), solamente se tiene que mostrar licencia de conducir, no hay períodos de espera y no se revisan antecedentes del comprador.
Matar legalmente
El asesino del bar Pulse, por ejemplo, mató a 49 en Orlando (Florida) con una arma de asalto AR-15 y una pistola de 9 milímetros. Omar Mateen había sido seguido por el Buró Federal de Investigación (FBI) presumiblemente por sus nexos con el terrorismo exterior (islámico). Pero eso no le impidió comprar las armas de forma legal una semana antes de cometer el multihomicidio.
Los asesinos suelen portar, en promedio, tres armas. Las “preferidas” son las pistolas semiautomáticas, aunque también suelen usar rifles, pistolas, escopetas…
¿Por qué el Congreso estadounidense no prohíbe o limita el acceso a las armas? Quizá por el siguiente dato: desde 1998, la Asociación Nacional del Rifle ha donado casi 4 millones de dólares a miembros del Congreso (que poco menos de la mitad de los congresistas han aceptado).