Una historia de humildad y mea culpa en una iglesia paraguaya“Gracias al Padre Daniel y Tadeo por recibirnos humildemente en la parroquia, por compartir su mesa con nosotros, por escuchar nuestro dolor, por intercambiar nuestras culpas y por invitarnos a no dejar de asistir a nuestra Iglesia. Dios es bueno, no dejemos que se apague la llama de la hoguera de nuestros corazones QUE SI NO HAY FUEGO NO HABRA LUZ, es lo que todos los católicos necesitamos”.
Este testimonio pertenece a Nadia Agüero de Escobar, una joven paraguaya que a través de redes sociales contó que se sintió decepcionada cuando se acercó a la iglesia de Ñemby (Paraguay) para preparar los cursos prematrimoniales y su posterior boda.
Según relató en una primera instancia, cuando se acercó con su actual marido a la iglesia, el padre Tadeo, párroco del lugar, los hizo sentir un poco indignos de llegar al altar debido a que ya tenían hijos, además de posteriores preguntas de índole personal que llegaban incluso hasta la intimidad sexual.
La molestia de Nadia prosiguió durante el día de la boda y llegó a afirmar que sintió vergüenza por actitudes y gestos del celebrante para con los invitados, muchos de los cuales incluso no solían frecuentar una iglesia.
Sin embargo, el desenlace tuvo un final feliz ya que luego de las repercusiones de la historia -que fue difundida en redes sociales y hasta publicada en medios de alcance nacional en Paraguay- pudo haber una instancia de diálogo con el párroco para esclarecer lo acontecido.
“El mal momento ya está y tuvo que ser en nuestra boda, pero ya pasó y la página pasa a la siguiente, en donde empieza mi historia al lado del hombre maravilloso que Dios me regaló”, expresó Nadia.
“Agradezco a todos los sacerdotes que me escribieron desde distintos puntos del país y desde afuera, aprendí la lección más grande de mi vida y sólo puedo decirles, no se cansen de tocar puertas, a los jóvenes que me escribieron desde su experiencia y decepción en la Iglesia católica, no se cansen de ser buenos, tal vez la Iglesia te necesita a vos para cambiar”.
“DIOS ES AMOR, no olvidemos que ese amor es misericordioso e igualitario. Hay puertas que aunque a veces sentimos que se nos cierren tal vez sólo necesitan que toquemos más fuerte!”
En diálogo con Aleteia, el padre Tadeo reconoció los hechos y al mismo tiempo señaló de forma contundente que conversó con Nadia y que “todo quedó solucionado”, tal cual contó la propia protagonista también en las redes sociales.
Son muchos los casos de personas, que como Nadia, tienen una mala experiencia en la iglesia, aspecto que merece una atención particular. Pero si eso sucede, también merece un reconocimiento el hecho de no ser indiferentes a esas malas experiencias y mostrar una actitud de apertura y humildad a través de un mea culpa.