Él te mira y sonríeHace tiempo vi en una iglesia un dibujo de un ojo y debajo una frase: “Dios todo lo ve”. En ese momento pensé en un Dios que todo lo controla, un Dios al que no se le escapa nada. Un Dios omnipresente que ve mi pecado y me persigue. Un Dios acusador, denunciador de secretos ocultos.
Me dolió pensar cuánta gente lo veía así.
En la película En el corazón del mar, un escritor que quería conocer la historia del barco que fue hundido por una ballena blanca, le dice al último testigo que quedaba: “El diablo ama los secretos ocultos. Sobre todo los que devoran el alma de un hombre”.
Cuando al final revela todo lo que pasó le pregunta: “¿Jamás se lo dijo a nadie? ¿Ni siquiera a su esposa?” Y él contestó: “No, ¿cree que habría llegado a amarme si hubiera sabido las abominaciones que hicimos?”. A lo que su mujer, que estaba escuchando, responde: “Sí, lo habría hecho. La fuerza de ese muchacho aún vive en ti. Yo sé que ahí está, a pesar de que tú no”.
Dios me quiere así. Conoce los secretos más ocultos de mi alma y me quiere como soy. Conoce al niño oculto en mi interior. Sabe toda mi verdad. Es suya.
No me mira molesto al ver que no soy como creo que debería ser. Me quiere con lo más oculto que hay en mí. Conoce mi fragilidad y mi pecado. Se conmueve al ver mi herida. Nada hay secreto para Él. Me ve y su mirada me salva. No me juzga. Me abraza.
Me gusta pensar en ese Dios que pasea por mi alma mirándome. Mirando mi verdad, mis secretos, mi historia. Me mira y sonríe. Como esa madre que ve caminar por primera vez a su hijo pequeño. Me mira conmovido, nunca enfadado. Me sonríe y me levanta cuando caigo. Y me hace creer que confía en mí pase lo que pase.
Ante Él no hay nada oculto. Todo tiene luz. Le alegran mis secretos, mis misterios, mi verdad. Él está allí. En lo más guardado de mi alma.
Vive en mí ese Jesús mío que me salva. Tiene un rostro muy concreto. Tiene una voz que escucho. Y unos ojos que me miran, y yo los miro sosteniendo su mirada.
No es una idea. Es Aquel que más me ama. Y al que yo, torpemente, intento amar.